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Lore
Chaleco Predecesor de hierro
"Algunos conocen la leyenda. Resurgimos de las cenizas de un mundo moribundo para salvar a la humanidad de sí misma". (Lord Saladino)
III.
Saladino recuerda cuando perdió su conexión con la Luz. Recuerda pensar que el Viajero debió descubrir sus dudas más secretas, los pensamientos más oscuros que no compartía con nadie, ni siquiera con su espectro. Recuerda la extraña sensación de alivio que lo había inundado hasta que su radio empezó a crepitar momentos después.
Recuerda haber escuchado una transmisión de voz dirigida al mundo que decía que la Última Ciudad había caído a manos de los cabal, pero no podía distinguir de quién era la voz. Solo sabía que no era de Zavala.
"Saladino", había dicho su espectro con una voz como si hablara desde el final de un túnel muy largo y ancho. "Tienes que moverte".
Porque Saladino estaba congelado de pie. Recuerda haber mirado por la ventana las ráfagas de nieve durante un tiempo muy largo, aunque pudieron ser solo unos minutos. Recuerda haber trazado los contornos de los picos vecinos en el vidrio con el borde de su nudillo. Recuerda el acto de recordar: alguna vez les había enseñado sus nombres a Zavala, así como se los habían enseñado a él.
"Saladino", dijo de nuevo su espectro y Saladino recuerda moverse. Recuerda haber agarrado su radio y reunir a los sobrevivientes, aquellos lo suficientemente fuertes como para viajar al Templo de Hierro.
Saladino recuerda todo esto y más cada vez que el Cuervo lo desafía por su cobardía durante la Guerra Roja. Quiere romper la espalda del joven guardián para que sepa lo que es sentirse indefenso, pero algo lo detiene.
Recuerda haber escuchado historias sobre la vida del Cuervo en la Costa antes de llegar a la Torre, y no levanta la mano contra él.
