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Lore
Sombra generacional
Estamos en el lugar del que vinimos.
"Os contaré una historia sobre el Tornado", comienza Eido. Habla con intensidad solemne. Las crías suelen reírse y arrullar ante sus historias, pero estas ya han pasado dos mudas y saben que la mención del Tornado debería silenciarlas. La Gran Máquina se cierne sobre su reunión en la azotea, y Eido casi siente que también está escuchando.
Eido sabe muchas cosas, pero aquí su sabiduría está fragmentada; Kelmisraaks nunca habló del Tornado ni de los que lo presenciaron. Su madre sí, pero todo lo que Eido sabe de ella es su nombre: Inaaks. Misraaks se crio en la ausencia de la Gran Máquina, lo que vino después del Tornado; y esto es lo que Eido comparte con los jóvenes por ahora.
"Vivimos en presencia de la Gran Máquina", dice. "Pero no siempre fue así".
Los jóvenes lo saben. Como Eido, conocen el frío de Europa.
"Había un lugar llamado Riis. Las madres y los padres de nuestras madres y padres nacieron allí. Es el lugar de donde proceden los elixni".
Los jóvenes lo saben. Como Eido, no conocen la protección de Riis.
"La Gran Máquina estuvo una vez por encima de Riis", dice. "Como ahora está sobre la Tierra".
Los jóvenes lo saben. Como Eido, conocen el cielo de este planeta.
"Cuando se marchó de Riis, los elixni fueron a buscarla. Buscaron durante mucho tiempo, y…", Eido hace una pausa. Debe elegir sus próximas palabras con cuidado. Debe decir la verdad.
"Vinieron a la Tierra para recuperarla".
Pero los jóvenes no lo saben. A diferencia de Eido, no han vivido lo suficiente como para conocer esa tristeza.
"Pero ahora la compartimos", dice Eido, "con los humanos y con los guardianes".
Eido sabe cuál es la pregunta tácita. Los jóvenes no la hacen. En cambio, fijan sus ojos en la Gran Máquina y Eido se pregunta qué ven.
