Exotic Perks
Conducto Mobius
Stats
Defensa | 0 |
Curated Roll
Lore
Arnés de Raiju
Para dominar lo que no conoce maestro alguno, se ha de soportar la tormenta.
Tohr tomó asiento en la cima de una colina tomada por una tormenta, con el mar y la bruma rodeándolo desde lejos. El torbellino, que sobrevolaba su cabeza, era el fruto de la renuncia de Tohr. Se había estado gestando durante años, al igual que cuando Tohr reclamó los reinos y desafió el torbellino de Raiju.
Las nubes se dirigían hacia el extremo de la tormenta y arrojaban rayos mientras se bifurcaban a través de una superestructura central de cumulonimbos. Las retorcidas dentelladas de energía se hendían en la tierra con una frecuencia aterradora mientras el cielo se estremecía entre relámpagos. El deteriorado caparazón de Tohr yacía entre una armoniosa calma, inerte, tumbado bajo el brillo rítmico de cada resplandor intermitente. La armadura rodeaba su cuerpo, dejando pasar un destello de luz, penetrando como un abanderado que guía a su ejército. Ya había captado la atención de Tyv Lucine en numerosas ocasiones.
Ella contemplaba la escena desde la base, tratando de establecer una ruta segura hasta la dispersa zona de detonación. La tierra salada cedió bajo sus pies en algunos lugares, mientras que en otros, la vegetación creaba agujas de vidrio que tejían una superficie resistente a su peso. Podía sentir un flujo estático que atravesaba la red de conexiones cristalinas como conductos que deseaban alcanzar y tocar la tormenta. Su Luz tembló, recibiendo los impulsos de arco que atraían con fuerza los cierres metálicos de sus botas, y ella se lanzó buscando otro punto de apoyo como un rayo que ahonda en la tierra.
El torbellino se apaciguaba a medida que se acercaba al cuerpo de Tohr. Una vara reposaba a sus pies. El aire que lo rodeaba era como una barrera de presión cargada de energía, pero Tyv sabía cómo abrir una brecha. Sabía cómo moldear el relámpago y atravesarlo con el arco. Se lo había enseñado la Luz. Metió la mano a través de la barrera y levantó el peto de Tohr. Inhaló ozono mezclado con humedad y deslizó el arnés hasta sus hombros.
Los truenos rugían sobre su cabeza y los rayos se esparcían por la colina de Tohr. Tyv cogió la vara del suelo y lanzó su Luz de arco. Los reinos estaban controlados y se había dictado el desafío. Moldearía la tormenta y viviría en forma de relámpago viviente.
- Legado de Raiju