Special Perks
Favor de la reina
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Lore
Capa Insignia de la Técnida
"El mismo reto se presenta ante nosotros, y todo lo que podemos hacer es sobrevivir". (Eris Morn)
Skiris observa los enredados grupos de cables y la maquinaria que cubren los tejados del puesto de avanzada que los humanos llaman la Villa. Su mente se pone a trabajar sin descanso para diseccionarlo todo, clasificando cada porción de chatarra según su respectivo valor en éter.
Una de las corsarias pasa dando grandes zancadas y Skiris vuelve a mirar el transmisor que está reparando. La mujer insomne ni siquiera aminora el paso, pero Skiris siente que sus miembros se ponen rígidos por el pánico.
A su lado, Riksor parlotea ociosamente.
"No te preocupes. Aquí no somos intrusos".
"Llevas mucho tiempo en la Casa de la Luz", observa Skiris, sofocando su frustración con una fría neutralidad. No desea que los insomnes los vean hablando con enfado.
"Mi padre era de los Tejedores Tranquilos", dice Riksor. "Murió como un lobo. Tampoco confiaba en la paz".
Skiris piensa en la gran flota de esa Casa, destrozada por los kell insomnes antes de que pudiera amenazar este mundo.
"Esto es diferente". No son sirvientes de los insomnes. Skiris no tiene ni idea de lo que es, ahora que se ha salido a rastras de las ruinas de la Casa del Anochecer y ha llamado la atención de fuerzas poderosas.
"Sí". Los ojos de Riksor brillan de alegría. "Somos guardias de la reina".
Solo eres un drekh estúpido, piensa Skiris. Y ella también, porque la confianza de Riksor ayuda a acallar el insistente pensamiento de que el desastre llegará en el instante en que Skiris deje de preocuparse.
"Algún día", dice Riksor, "este mundo nos pertenecerá a todos nosotros".
Ella lo mira con severidad. "¿A los elixni?".
Riksor se ríe. "A los elixni también".