Special Perks
Stats
Impacto |
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33 | |
Alcance |
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45 | |
• Damage Falloff | |||
Estabilidad |
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50 | |
Manejo |
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45 | |
Velocidad de recarga |
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47 | |
• Reload Time | |||
Asistencia de apuntado |
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46 | |
Capacidad |
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45 | |
Zoom |
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17 | |
Eficacia en el aire |
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15 | |
Direc. de retroceso |
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79 | |
Disparos por minuto | 600 | ||
Cargador | 64 | ||
Ataque | 0 |
Curated Roll
Lore
Pro Memoria
"Estoy contigo, viejo. Te guste o no".
Targe levantó la mirada al cielo. Un remolino de estrellas rodeaba al Viajero. Parecía tan lejano e intocable, a pesar de los árboles que se alzaban hacia él como picas astilladas. Ellos, al menos, se podían tocar. Dejó escapar un suspiro. Lo había cogido por costumbre; no porque respirara, sino porque su guardián lo usaba a menudo como respuesta emocional para todo. A veces, las manías de nuestros seres queridos se nos pegan como la savia de un pino cayendo sobre una carcasa incauta… El polvo se adhiere, y da la sensación de que será imposible limpiarla. Siempre estará pegajosa.
Oyó las voces amortiguadas que provenían del interior de la cabaña.
La mente de Targe volvió rápidamente al arma. Aquel momento se convirtió en una eternidad. Habría dado lo que fuera por darle a Zavala lo que le había pedido. Habría recibido mil balas en su lugar. Habría muerto con gusto si eso significara que el chico podía vivir de nuevo.
"¿Por qué no?", preguntó mirando al Viajero. "Tú pones las normas. Mi deber es apoyarlo, y haría cualquier cosa por él. ¿Por qué no puedo hacer nada?".
Como de costumbre, no hubo respuesta.
***
Muchísimas vidas después, Targe levantó la mirada hacia el cielo y vio un remolino de estrellas que no eran estrellas, nubes que no eran nubes. Faltaba algo. Le hizo gracia pensar que podría haber una versión minúscula del Viajero suspendida en algún lugar de su atmósfera inventada. Parecía casi un descuido.
Escuchó el crepitar de la fogata mientras las voces tristes pero esperanzadas a sus espaldas compartían penas y alegrías. Si había algo real dentro del Viajero, estaba en esas voces, los lazos de un amor delicado, un anhelo infinito y una lealtad feroz que emitían un calor más intenso que el de la propia fogata.
Suspiró. Hasta los árboles de aquí rezumaban savia.