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Lore
Yelmo Cacería Salvaje
Nunca te desconcentres.
I
"Primo Zavala. Ikora". La imagen de Petra Venj brillaba en la pantalla del despacho del comandante. Las cortinas estaban corridas. La única luz en la habitación era la de la pantalla. "El pésame no basta".
"Los mundos han desaparecido, pero su gravedad permanece. De muchas formas". Zavala se aclaró la garganta. "¿Cómo puede servir la Vanguardia a la Ira de la Reina?".
Ikora inclinó la cabeza en señal de respeto, pero no apartó la vista de su tabla de datos. Sus ojos repasaban informes de Europa, de la Costa Enredada, de la Luna y mucho más.
"Me temo que mis noticias no ofrecerán ningún consuelo". Petra respiró profundamente. "Lo que voy a comunicaros es información confidencial. No puede salir de aquí".
Ikora levantó la vista de la tabla de datos. "¿Ah, sí? ¿Información relacionada con la trasmisión de la reina del Arrecife?".
"Una trasmisión independiente, exclusivamente para mí. He pensado que es mejor que comparemos las notas".
"Qué curioso". Ikora bajó su tabla de datos. "No tenemos autoridad para negar la información relativa al Consenso". Su voz tenía una cadencia rítmica, elegía cada palabra con cautela.
"Las decisiones de mando unilaterales son admisibles en tiempos de guerra, siempre y cuando se me proporcionen pruebas suficientes". Zavala lanzó una mirada a Ikora antes de continuar. "Dame algo, Petra. ¿Para qué has llamado?".
"El imperio cabal se ha puesto en marcha".
"Eso es preocupante", dijo Ikora. Por fin, apagó su tabla de datos y la dejó en el escritorio de Zavala.
Zavala frunció el ceño con indignación. "¿Cuántas veces tenemos que enterrarlos?".
"Quizá una vez más, comandante".
"El imperio insinúa que sus fuerzas se han unido en torno a un liderazgo central. ¿La Ira de la Reina tiene algún nombre?".
"Solo son rumores. Nos está resultando difícil descifrar la última transmisión de los cabal. Pero podemos confirmar que hay una nueva frase en su vocabulario".
"¿A qué te refieres?", preguntó Zavala.
"Según las secuencias que hemos descifrado, parece que se están enfrentando a algo. Una enfermedad que proviene de la colmena".
Ikora miró la tabla de datos. "Petra, un informe de los Encubiertos describe un encuentro con una bestia infectada en el Tajo de Soriks. Sangraba fuego de alma".
"Osiris puede confirmar un aumento en la actividad de la colmena por el sistema". El comandante miró a Ikora y luego a Petra. "Será mejor que nos adelantemos".
"Sí, he hablado con Osiris. Las técnidas han escuchado murmullos sobre la conquista entre los de la colmena. Los corsarios se han infiltrado en sus camadas para investigar, pero, honestamente, el acceso es cada vez más difícil".
"¿Crees que está relacionado con el nuevo liderazgo del imperio cabal?", preguntó Zavala.
"Las descripciones de la infección están incompletas, pero coinciden con lo que vemos aquí".
"¿Una enfermedad interestelar?", dijo Ikora en un susurro. "A esa distancia, necesitarían un puente entre nosotros".
"O un nexo", matizó Zavala.
"Podría ser un mundo trono". Petra frunció el ceño pensativa. "El Pozo Ciego ha estado dando muchos problemas".
"Petra". Ikora tenía un aspecto celestial, con ojos mercúricos. "Cielo rojo del alba. Lleno de temor. Díselo a las técnidas".
"Un presagio. Transmitiré el mensaje. ¿Significa algo?".
"Un sueño. Quizá no sea nada, pero…". Petra lo había entendido.
"¿Dices que hay más actividad de la colmena?", preguntó Zavala. "Algo traman".
"Están más violentos si cabe. Buscan pelea, antes tenían más tacto". Petra intentó pensar en sus motivaciones. "La Oscuridad los tiene frenéticos".
"¿Nuevas órdenes? Quizá podríamos añadir más arsenal a tu investigación", ofreció Zavala.
"¿Un guardián bajo mi mando?".
"Hasta cierto punto", matizó Ikora.
"Podría salvar muchas vidas. ¿Puedo solicitar a alguien que no se lo cargue todo?".
"¿A quién tienes en mente?". Zavala repasó mentalmente su lista de candidatos. "Hay pocos guardianes disponibles".
"¿Sloane ha vuelto?", preguntó Petra. "Ella parece capaz".
"Está indispuesta". Ikora miró a Zavala con firmeza. "El asaltante de Aunor llegó anoche. Está fresco y disponible".
"¿Estamos de acuerdo?".
"El Arrecife agradece la ayuda de la Ciudad. Estamos juntos en esto, primo. Rey".
"Así es".
Ikora asintió.
La imagen de Petra desapareció.
"Últimamente, te gusta mucho hacer amigos", dijo Ikora con ironía.
"Estamos rodeados de demasiados canallas. He aprendido el valor de hacer tratos", dijo Zavala firmemente. "Por lo que hemos visto con nuestro enviado en Europa, lo que hicieron… Las alianzas fuertes se crean mediante acuerdos honorables".
"Estamos de acuerdo. Será mejor que no hablemos con nadie de esta operación".
"Informa a tu asaltante de su nueva misión. Quiero un nombre y un archivo. Me extraña que haya un titán en esta Ciudad al que todavía no conozca".