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Competición amistosa
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Fuego del Fénix
"Desafía todos los aspectos de tus rivales. A veces, un cuerpo fuerte oculta una mente frágil". (Ikora Rey)
Prak'kesh estaba sentado en su Avispa Gris, aparcada en su lugar habitual junto a la base de la Torre. El antiguo guardián revisaba los envíos de los socios de la Araña con un ojo y, con el otro, vigilaba a sus corredores, que iban de un lado para otro.
Los más jóvenes, llevaban apuestas de todas partes de la Ciudad y se las entregaban a Prak'kesh en intervalos pactados. Cuando la acción había dado sus frutos, el corredor enviaba a los más mayores a saldar las cuentas. Tulnik, que ahora se apoyaba en la Torre y se rascaba distraídamente, era el que se encargaba de los morosos. Había sido guardaespaldas con los corsarios.
Prak'kesh llamó en voz baja a Tulnik, que salió inmediatamente de su ensoñación. Una escuadra se acercaba planeando desde el otro lado del patio. Las capas de los guardianes ondeaban con un viento inexistente y sus pies solo rozaban el pavimento. Prak'kesh los miró con tedio. Hechiceros.
"Qué elegante. Me encanta el sombrero de pájaro", dijo Prak'kesh.
"Es el Yelmo de Felwinter, idiota", protestó la caminante del vacío. "Seguro que cuesta más que tu colibrí".
"Bien", replicó Prak'kesh. "Entonces, tienes dinero para saldar tus deudas. Val Guscu no es tan irrazonable como crees".
Los hechiceros se miraron entre ellos con disimulo. "En cuanto a eso", dijo el empuñasoles, "no tenemos las motas… todavía".
Tulnik, viendo la oportunidad, avanzó hacia ellos amenazante. Prak'kesh calmó al sicario con un gesto de su pulcra mano. "Tranquilo, Tully. Estos hechiceros saben lo que hacen. Seguro que tienen un plan extremadamente complejo para solucionarlo".
"Así es", dijo el invocatormentas entre dientes. "Doble o nada en los Juegos de Guardianes del Crisol de esta semana".
Prak'kesh soltó un silbido. "Eso es acción de la buena. ¿Por quién apostáis?".
"Por nosotros", respondió el empuñasoles. "Nos enfrentamos a los titanes de Meliorea".
Prak'kesh arqueó las cejas. "Meliorea va en primera posición. Es peligrosa. Y vosotros sois… elegantes. Es una pésima apuesta. A menos que sepáis algo que yo no sé", dijo el corredor con un gesto pensativo.
La caminante del vacío movió la cabeza como si quisiera apartarse el pelo, pero, al darse cuenta de que llevaba el casco puesto, colocó los brazos en jarra. "Digamos que va a padecer un caso de terror existencial la noche antes de la partida".
Los hechiceros se rieron. "Un truco que aprendí de los psiónicos", añadió la caminante del vacío.
"Los titanes solo usan armadura en el pecho y nada entre las orejas. Son castillos sin tejado", opinó el empuñasoles.
La caminante del vacío soltó una carcajada. "¿Por eso siempre parece que están mojados?".
El invocatormentas bajó una octava, sacó pecho y se paseó con las piernas arqueadas. "Cuando la única herramienta que se tiene es un titán, ¡todos los martillos son clavos!".
"¡Exacto!", los hechiceros rieron y chocaron las manos.
"Está decidido, entonces". Prak'kesh sacó la tabla de datos. "Ganad a Meliorea esta semana y estaremos en paz. De lo contrario, me cobraré las motas y ese bonito sombrero", dijo guiñándole un ojo a la caminante del vacío.
La hechicera quedó repentinamente en silencio. "Chicos. No. En serio, les rogó a sus compañeros. Ya sabéis cuántos engramas tuve que…".
"Trato hecho", interrumpió el empuñasoles. Se quitó el guantelete y puso el dedo en la tabla de datos.
"¡Trato hecho!". Prak'kesh sonrió de oreja a oreja. "Buena suerte en los Juegos de Guardianes, aunque no la necesitéis".