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El objeto de clase de este set contará como si llevaras {var:1637760185} piezas.
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Reafirma tu postura.
Los androides del CLME habían llevado a cabo las tareas que se les habían asignado diligentemente hasta que Failsafe se dirigió a uno de ellos. Este levantó la cabeza, se giró hacia la consola de la IA e inclinó la cabeza a modo de pregunta.
"Eh, colega", dijo Failsafe en voz baja. "¿Me harías un favor?".
El androide asintió y caminó hacia ella. Failsafe le indicó que mirara a su derecha: había un cráneo vex en el suelo.
"Lo han dejado ahí", dijo Failsafe respondiendo a la pregunta no formulada del androide. "Lo han teletransportado ahora mismo. Necesito que me enchufes a él".
El androide emitió un leve pitido, asintió y se agachó para recoger el extraño aparato. Pesaba bastante y, pese a que tropezó, logró sujetar el cráneo vex en alto para que Failsafe lo inspeccionara. Estaba intacto; habían cortado el cuello de cuajo. El ojo, por su parte, estaba nítido y no tenía daños.
"Tiene buena pinta", dijo Failsafe. El androide llevó el cráneo a la mesa de investigación y conectó un complejo cableado a los puertos que había dentro de la cabeza vex. El ojo brilló con una luz intermitente, y Failsafe con él.
"Yo me encargo desde aquí", dijo Failsafe.
El cráneo vex chisporroteó y siseó un segundo antes de que Failsafe lo acallara con una secuencia de comandos improvisada. El ojo volvió a iluminarse, luego se atenuó, parpadeó y se apagó.
"¡Gracias, amigo!", le dijo Failsafe al androide animadamente. "Has sido de gran ayuda".
El androide levantó el pulgar en señal de aprobación, articuló un "¡de nada!" pregrabado y se retiró para esperar sus siguientes órdenes.
Failsafe se centró en el vex e intentó asomarse a su mente. Le había metido una serie de comandos al vex incapacitado, de modo que pudo acceder de inmediato a tres capas de datos encriptados.
No fue suficiente. Vio un plano del interior de Nessus, pero nada que sus escaneos más profundos no le hubieran revelado ya. El sistema del vex generaba automáticamente datos basura como si fueran una respuesta inmune a sus indagaciones. Escribió una subrutina para eliminarlos mientras se adentraba en la mente vex.
Podía ver algunos de los túneles más profundos; sus dimensiones, el volumen de radiolaria. Aquella unidad vex había supervisado parte de su construcción, pero eso fue hace siglos. El planeta había cambiado. Se habían abierto nuevos pasadizos, y se habían ampliado o desviado otros. Ahondaban más. Le costaba interpretarlo. Failsafe estaba atestada de datos inútiles. La unidad vex pretendía saturarla.
Pero ella prosiguió. Y lo que encontró la sorprendió. Aquel vex llevaba desconectado de una mente mucho más tiempo de lo que Failsafe había anticipado. Había recogido sus propios datos individualmente y los había interpretado, cotejado y asimilado él solo. Había completado tareas no por mandato de una mente, sino…
Acceso denegado.
Failsafe retrocedió.
La IA observó con sorpresa cómo un paquete de datos autónomo se abría rápidamente y se ejecutaba por su cuenta. El mecanismo defensivo de Failsafe se cerró de golpe y bloqueó momentáneamente la secuencia invasiva.
"¡Desconectar! ¡Desconectar!", gritó Failsafe. El androide se apresuró hasta el cráneo y arrancó los cables que había conectado poco antes.
Se produjo un largo silencio, interrumpido únicamente por el ligero zumbido de un ventilador de refrigeración.
"Vaya, no ha ido… demasiado bien. De hecho, ha ido bastante mal", dijo Failsafe. "No se lo cuentes a la Vanguardia, ¿vale?".
"¡Vale, vale, vale!". El androide emitió un pitido y se llevó al vex para desecharlo.