Objectives
Defeat 5 EAZ minibosses in a single run:
3
[Void], [Solar], [Stasis], or [Arc] orbs:
500
Rapidly defeated combatants:
100
Related Collectible
Lore
Máscara Illuminus (majestuosa)
Eido entró sigilosamente a seis patas en los enormes vestíbulos de la Ciudad Onírica. Andaba siguiendo un murmullo ininteligible que le resultaba tan aterrador como cautivador. Eran mil voces, todas murmurando a la vez. ¿Cómo había llegado hasta ahí?
Se asomó a la esquina de un enorme arco. Luego, encontró una sala circular con un elaborado sello tallado en el suelo de piedra. Tres figuras insomnes se colocaban sobre el sello a intervalos exactos.
La cámara no tenía techo. En lo alto, el espacio vacío bostezaba. Unas galaxias espiraladas llenaban la habitación. Eido se dio cuenta de que no respiraba. ¿Acaso estaba muerta?
De pronto, Eido se colocó en el centro del sello. Giró en círculo, intentando identificar aquellas imponentes figuras, pero sus rostros eran vastos e irreconocibles, como el vacío que los cubría. Sintió el peso de su concentración, como si se cayera en todas direcciones al mismo tiempo.
Bajó la mirada y descubrió, horrorizada, que el suelo retrocedía. Ella flotaba hacia arriba, hacia el vacío del espacio. Las figuras no le prestaban ninguna atención mientras ella daba vueltas a la deriva.
A medida que la sala se hundía, el murmullo se condensaba y se fusionaba hasta quedar unificado en un grito aterrador.
Eido se despertó sobresaltada y descubrió que el grito provenía de su propia boca. Misraaks se acercó a su tarima, moviendo las manos inferiores con preocupación. "Calma, pequeña. Eres Eido. Estás en el verdadero presente. Estás a salvo".
Le dio un sorbo de éter de su escasa reserva personal y esperó pacientemente hasta que se calmó. "Háblame de tu viaje", le pidió con interés.
Le explicó su experiencia de la mejor manera posible, para ser una cría.
Misraaks asintió con gravedad. "Las técnidas. Son las consejeras de nuestros anfitriones. Son los escribas de los insomnes". Se quedó sentando, inmóvil y pensativo.
"Sé que tienes miedo, pero esto es una bendición", aseguró. "Las mejores cosas, al principio, parecen monstruosidades".
"Quizá algún día, te vean a ti como a un monstruo. Y quizá tu bendición asuste a los que no la comprendan. Cuando llegue ese día, recuerda este momento". Eido asintió, aunque no lo acababa de comprender. ¿Cómo podía una cría ser un monstruo?
"A veces, a mí también me dan miedo las técnidas", confesó Misraaks. "Pero, para encontrar la Luz, debemos ver más allá de nuestros miedos. Eso se llama valentía. ¿Tú tienes valentía?".
Eido volvió a asentir.
"Claro, no me cabe duda", dijo Misraaks con orgullo. "La Luz provee".
"La Luz provee", repitió Eido. Luego, volvió a acostarse y a caer en un plácido sueño.