Lore
Botas Solsticio (Reencendidas)
El coraje, a veces, requiere quedarse inmóvil.
La nave de la Legión Roja giró para aterrizar sobre la Echo Mesa y sus motores se apagaron. La cabina se abrió y salió su piloto.
Los pies de Ikora tocaron la superficie de Ío por primera vez sin Luz. Era raro. Pero no tanto como...
El suelo tembló cuando las tres cosechadoras de la Legión Roja sobrevolaron el sitio. No tan raro como eso.
Este lugar, este lugar sagrado, más sagrado para los guardianes que ningún otro lugar en el sistema, es ahora las ramblas por las que desfilan los cabal a su antojo, sin ningún tipo de respeto. Han perforado sin miramientos. La rabia de Ikora hervía desde que había empezado la guerra, pero ver a la Legión Roja ahí la ponía más furiosa de lo que nunca antes había estado.
Comprobó sus provisiones y munición. Los vex también estaban allí, pero sabía que, si evitaba las máquinas, no la molestarían. Ya se encargaría de ellos más tarde. Por ahora, se encaminó a la base de la Legión Roja que había visto durante el descenso.
Tenía que hacerles pagar, aunque lo pierda todo en el intento.