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Lore
Vestimentas Ascenso Pírrico
"Tengo una fe inquebrantable en la Luz". (Shayura, hechicera insomne)
REGISTRO DE RECONSTRUCCIÓN DE LA SIMULACIÓN // LA-03-02 // ARENA DE LAS PRUEBAS, EL FARO, MERCURIO
El mar de metano líquido de Titán rompe contra el casco de la Arcología del Nuevo Pacífico. El viento azota con una fuerza huracanada y una espuma helada cubre la estructura metálica de una pasarela deteriorada. Llamaradas de fuego atómico iluminan la niebla y trepan por las paredes de la Arcología. Gritos humanos e inhumanos retumban por mares imposibles.
De una compuerta, emergen dos docenas de lacayos de la colmena. Se abren paso saltando unos sobre otros y dando dentelladas al aire. Corren por las superficies que el metano líquido no cubre, atraídas como polillas a una luz dorada. Shayura, de pie junto a la marea embravecida de quitina y hueso, empuña su espada de fuego con ambas manos. Con un grito desgarrador, se abalanza a golpes contra aquel enjambre de muerte.
Cae una lluvia de virutas incandescentes de lacayo. En cada oleada de soldados necróticos, las criaturas parecen haber aumentado en número. La marea de la colmena la acorrala y la empuja hacia el borde escarpado de la pasarela que cuelga sobre el mar revuelto. Los lacayos por fin retroceden y ella agradece el momento de descanso, pero, entonces, un imponente caballero sale de la compuerta y ella entiende que el descanso ha terminado.
Solo tiene espacio para dar medio paso atrás, Shayura sabe que la única forma de salir de esta es llegar hasta el final. Su espalda despliega unas alas de fuego que desprenden un halo ondulante; y a su paso queda una estela de lacayos destripados. Su espada impacta en el escudo del caballero y lo quiebra. Continúa con otro golpe en el brazo del caballero y le hunde la espada en el pecho.
Shayura se gira para encarar a los demás lacayos. Siente que su Luz se debilita y sabe que la derrotarán si falla ahora. A manos de la colmena, la reanimación nunca está garantizada; sobre todo, después de lo que le pasó a Taeko-3 y a su escuadra. Un dolor insoportable la golpea en la espalda. Todo le da vueltas, su visión se oscurece. ¿Se ha dejado a alguno? Siente el calor de la sangre correr por la armadura. Shayura se gira y ve cómo el caballero de la colmena renace, empuñando una espada manchada con su sangre.
Los gritos de Shayura quedan ahogados en el interior de su casco y un profundo pánico la invade. Conoce los rituales de muerte de la colmena y sabe que ha caído en su trampa. Esquiva el siguiente golpe del caballero, pero un lacayo alcanza a rasgarle la armadura de un zarpazo. Haciendo acopio de toda la energía solar que le queda, Shayura invoca un pilar ciclónico de fuego que se retuerce hacia el cielo y consume al caballero.
El caballero revive de nuevo y emerge entre las llamas. Shayura se abalanza sobre él y le atraviesa la cara con la espada. El caballero cae abatido. El aura solar de Shayura titila y se desvanece, dejándola sin más que el humo y el vapor que cubren su espalda y sus hombros.
"¿Shay?".
Uno de los lacayos supervivientes habla con voz humana. Shayura retuerce la espada en la cara del caballero y salpica de sangre verde y chispeante la pasarela. El caballero empieza a reconstruirse una vez más en una horripilante llamarada verde. Cuando se acerca a ella, Shayura le corta un brazo y le atraviesa la frente con la espada.
El lacayo aúlla. Un brazo le rodea la cintura y la sujeta con fuerza. Se retuerce y patalea, las últimas llamaradas de fuego práxico se apagan rodeando su brazo y su espada.
"¡No, no! ¡Para! ¡No!", brama Shayura intentando resistir el tirón del lacayo.
"Shay", gritan los lacayos con las voces de sus amigos. "¡Shay!".
Shayura grita hacia los mares imposibles.