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Lore
Guanteletes Ascenso Pírrico
"Una escuadra es como una familia. A veces, la familia te falla". (Reed-7, titán exo)
REGISTRO DE RECONSTRUCCIÓN DE LA SIMULACIÓN // LA-02-03 // BAZAR, LA TORRE, ÚLTIMA CIUDAD
El ruido del bazar es un murmullo distante, un sonido eléctrico que proviene de numerosos sistemas orgánicos. Reed-7 encuentra consuelo en la banalidad de las conversaciones humanas, son la representación de la vida. Para él, va más allá del lenguaje, supone que así es como debe de sonar el universo para los hechiceros. O, al menos, cree que los hechiceros pueden oír esas cosas.
Reed se siente aliviado al escuchar solo las voces del bazar, y no las voces terroríficas que lo atormentan desde la Cuna de Ío. Cuando piensa en ello, le parece poder escuchar los gemidos de la Oscuridad a través de su Espectro. Para sacudirse esos pensamientos, Reed busca una distracción.
El bazar está decorado para la Fiesta de las Almas Perdidas, con adornos en forma de engramas que cuelgan de árboles decorados de forma macabra. Una Espectro que Reed cree reconocer como la Espectro de Osiris, pasa revoloteando y riéndose a carcajadas, dejando a su paso un rastro de jirones de tela. Ese momento de ligereza anima a Reed, que decide acercarse a su mesa en el recinto de la Nueva Monarquía, donde lo esperan Aisha y Shayura.
"Algo de beber", avisa Reed y coloca sobre la mesa tres tazas humeantes. Aisha le dirige una sonrisa amistosa pero tensa. "Cuidado", advierte él cuando ella va a coger una taza, "quema". Se había ganado el apodo de "Papá de asalto" por andar siempre con esas advertencias obvias por el bien de los demás.
"La tuya lleva canela", le dice a Shayura, que parece estar dormida con la cabeza enterrada entre los brazos y los codos sobre la mesa. Shayura se las arregla para levantar un pulgar distraído a modo de respuesta. Se siente mejor, o incluso puede que se haya calmado por completo. Sin decir nada, Aisha mira con preocupación a Reed y niega con la cabeza. La conversación no había ido bien mientras él no estaba.
"Sé que estás dolida por lo de Sloane", dice Reed, decidido a dejar de evitar el tema. "Pero sabes que el comandante hizo todo lo que pudo. Igual que nosotros. No debes sentirte culpable".
"Gracias", responde Shayura sin mirarlo. Se incorpora y coge una taza de sidra caliente con ambas manos; se la acerca e inhala el aroma que desprende. Canela, miel, manzana y clavo. Cierra los ojos y, por un momento, parece volver a ser la de antes.
Por unos instantes, Aisha y Reed no dicen nada. Le dan un momento a Shayura para que respire. "Lo sé", dice Shayura débilmente, con la voz inundada por la culpabilidad. "Lo siento". No queda claro si se refiere a lo de Sloane o a su actitud.
"No nos pidas disculpas a nosotros", responde Reed mirando a Aisha, que asiente. "Es a Leitka y a su Espectro a quienes deberías pedírselas".
"Era Titán", dice por fin Shayura, sin apartar la mirada de la taza. Reed y Aisha intercambian miradas, pero no la interrumpen, dejan que siga a su propio ritmo. "Yo había vuelto a Titán, como cuando perdimos la Luz y la colmena nos rodeaba. Había un caballero… por más veces que lo eliminaba, siempre volvía a la vida. No sé cómo sobreviví".
"Pero lo hiciste", dice Aisha acercándose a Shayura para coger su mano afectuosamente. "Hemos recuperado la Luz y…".
"¿Qué pasará cuando la Oscuridad se acerque?", pregunta Shayura, aunque sabe que ni Reed ni Aisha tienen la respuesta. "¿Se volverá a quedar sin Luz? ¿Sola?".
Reed y Aisha intercambian miradas. El exo se inclina y posa su enorme mano sobre las de Shayura y Aisha. No tiene ningún discurso inspirador que ofrecer, ni siquiera puede intentar consolarla. Solo puede ofrecerle su presencia en señal de apoyo.
Solo le queda la esperanza de que eso sea suficiente.