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Lore
Vientos propicios
¿Quién quiere vivir eternamente?
La cazadora parece evasiva, incluso con el rostro cubierto por el casco dorado del Solsticio. "No sé qué regla he podido incumplir", dice visiblemente nerviosa.
"No, no", contesta San-14 de la manera más conciliadora posible. "¡Solo quería preguntarte por algo que te he visto hacer antes! Lo de la bomba y…". San imita lo que vio hacer a la cazadora, con efectos de sonido y todo. "Eso".
Ella parece animarse y recupera la compostura. "Ah, eso. ¡Es un secreto! Pero, como eres tú, puedo confesarte que lo más importante es el ritmo".
San-14 asiente con seriedad. "Entonces, solo dime dónde lo has aprendido".
La cazadora levanta la mirada y, pensativa, se agarra la barbilla. "No sé si es cierto", admite. "Pero la persona que me lo enseñó dijo que lo aprendió de su mentor, que supuestamente lo aprendió de alguien que conocía a otra persona que conocía a Calibán-8, que, por lo visto, lo aprendió de Tallulah Fair… wind."
San ríe alegremente. "¡Ya decía yo que me sonaba esa explosión!", confirma.
La cazadora parece darse cuenta de algo. "Tú la conociste. Entonces, ¡es cierto!".
"Veo que sabes de historia, cazadora". San le ofrece una nueva arma por las molestias y deja que se marche.
Esa noche, cuando regresa a casa con Osiris, San está de buen humor, pese al agridulce recuerdo que aún perdura. "He visto a Tallulah hoy", anuncia.
"Espero que estés hablando metafóricamente", responde Osiris sin levantar la mirada.
"¡Ja! Claro". San se detiene un instante mientras piensa en lo que realmente quiere decir. "Me pregunto a cuántos cazadores habrá inspirado. Y a cuántos habrán formado esos mismos cazadores…".
Inmensas raíces interconectadas que se extienden por toda la Vanguardia.
"El Solsticio saca nuestro lado más emotivo, ¿verdad?". Osiris mira a San; el exo sonríe vagamente. "Pero… es bonito recordarlo de esa manera. No dejar que Tallulah Fairwind muera".