Special Perks
Ventajas aleatorias
Stats
Impacto |
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22 | |
Alcance |
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37 | |
• Damage Falloff | |||
Estabilidad |
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18 | |
Manejo |
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52 | |
Velocidad de recarga |
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22 | |
• Reload Time | |||
Asistencia de apuntado |
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38 | |
Capacidad |
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38 | |
Zoom |
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15 | |
Eficacia en el aire |
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12 | |
Direc. de retroceso |
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82 | |
Disparos por minuto | 720 | ||
Cargador | 26 | ||
Ataque | 0 |
TIP: Theorycrafter Recommendations
The blue/red/gold icons & glows below are Theorycrafter Recommendations. They are the perks that trusted community theorycrafters like for this weapon and can disagree with what is most popular. The colors indicate the game mode for which they prefer the perk.Learn More
Color Icon Game Mode Blue PVE Red PVP Gold PVE & PVP
Curated Roll
Random Rolls
Lore
Prórroga
"Es bueno dar, pero es mejor recibir". (El Nómada)
En cuanto entró en el bar, el Nómada presintió el peligro. Su primer instinto fue el de dar media vuelta e irse, pero, entonces, vio a una figura encapuchada y nerviosa que intentaba pasar desapercibida.
La figura se bajó la capucha para taparse más la cara, pero se inclinó hacia un lado para escuchar mejor los gritos iracundos del grupo de personas que estaba en el rincón.
"Dile a 'como se llame' que se tranquilice", protestó el Nómada mientras pasaba. "Yo me encargo".
"Tranquilo", repitió amablemente la figura encapuchada.
"Lo he oído", suspiró la figura con cierto alivio en su voz.
El Nómada se abrió camino entre la gente y, a medida que avanzaba, se iba fijando en quién iba armado, quién gritaba y quién hacía ambas cosas. La mayoría parecía encajar en esta última categoría. Sonrió. La historia le había enseñado que los callados eran siempre los más peligrosos.
Llegó al centro del meollo y se encontró a tres elixni sentados en una mesa, intentando ignorar a la multitud que los rodeaba. Impasible, se encaramó al brazo de la silla del elixni más grande, como un gato callejero. El elixni gruñó, pero el Nómada dejó caer su Confianza el centro de la mesa con un ruido seco.
El Nómada miró al grupo de personas que los rodeaban. "¿Por qué estáis tan alterados esta noche?".
"Se nota que no escuchas la radio", dijo alguien y hubo una risotada general.
"En los lugares por los que me muevo no hay buena cobertura", contestó el Nómada. "¿Qué me he perdido?".
Todos contestaron a la vez y se produjo una cacofonía de acusaciones.
"¡Pero bueno!", exclamó el Nómada. "Ya veo que habéis pasado demasiado tiempo bajo esta falsa noche". Miró a los elixni.
"Me ha parecido oír algunos algo sobre cierto equipamiento perdido. Así que tengo que preguntarlo", dijo. "¿Habéis cogido algo que no era vuestro?".
El elixni grande respondió. Su voz era profunda y firme. "Ha habido confusiones con tu gente. Qué es autoconsumo y qué es suministro total". Se encogió de hombros. "Aprendimos la lección y compensamos".
El Nómada asintió. "Tiene sentido, os estáis estableciendo en un lugar nuevo. Todos, en algún momento, hemos hurgado en el cobertizo del vecino en busca de piezas para nuestro subfusil".
Una voz intervino: "Eh, pues a mí me ha desaparecido un subfusil…", pero el Nómada alzó una mano para callarlo.
"Y no quiero ni oír que los culpáis por la Noche Interminable. En serio, parece que a algunos se os ha marchitado el cerebro con tanta oscuridad. Sé de buena tinta que Mithrax trabaja con la Vanguardia para resolver todo este lío de los vex", dijo.
Los elixni se relajaron un poco, pero el Nómada alzó un dedo. "Tengo otra pregunta", añadió.
"Hemos estado enfrentados durante mucho tiempo, los vuestros y los míos. No es ningún secreto. Se ha derramado mucha sangre en ambos bandos, a lo largo de los años. Pero he oído ciertas historias sobre algunos elixni a los que, hace tiempo, les entró un hambre voraz".
El elixni grande se movió inquieto en su asiento y la multitud se acercó todavía más.
El Nómada se inclinó hacia él y con un tono grave añadió: "Dicen las malas lenguas que os zampasteis algunos bebés".
El elixni empujó la silla hacia atrás y se puso en pie bruscamente. La multitud soltó un grito ahogado. El Nómada se mantuvo impasible y miró al elixni con superioridad, aunque él era mucho más bajito.
"¡Pero nunca a vuestras crías!", espetó el elixni. "Nunca".
El Nómada asintió. "¿Y las del resto?".
El elixni miró a la gente y, luego, acercó su enorme cabeza al Nómada. "Los viejos, los que hemos luchado desde el principio… sí. A veces, nos comíamos a vuestros guerreros abatidos para sobrevivir", dijo con voz grave.
"Era la guerra", dijo. "Y vosotros estáis hechos de carne", dijo señalando al Nómada con una garra.
El Nómada sonrió. "Lo entiendo, hermano", dijo y miró la garra del elixni. "La verdad es que, ahora que me apuntas con esa cosa, no puedo parar de pensar en lo deliciosa que estaría con ajo y mantequilla. ¡Ñam!". Se inclinó hacia la imponente criatura y se relamió los labios agrietados.
El elixni observó a ese pequeño hombre y bajó los hombros. "Pero como ya he dicho, eso fue hace mucho tiempo", dijo. "Ahora, somos la Casa de la Luz y lo seremos siempre. Estamos en paz con tu gente".
El Nómada se acercó y le dio unas palmadas amistosas en el pecho al elixni. "Así es", dijo. El elixni volvió a sentarse. "Aunque eso no borre el pasado", dijo hacia la multitud, "no significa que debamos repetirlo".
Un gruñido colectivo de protesta recorrió la sala. Se les habían quitado las ganas de seguir peleando.
El elixni se encogió de hombros. "Misraaks dice que no podemos volver a comer humanos nunca más", añadió en voz baja.
El Nómada asintió. "Sí, eso mismo me dice Zavala siempre".
Los elixni estallaron en carcajadas. El Nómada se rio con ellos, recogió su pistola y alejó a la multitud con un gesto. Luego, se acomodó en un asiento vacío.
"Vale, hacedme un hueco", dijo. "Estos tipos estaban a punto de perder una partida de cartas".