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Lore
Capucha Séptimo serafín
"¿Cuántos de esos malditos hay?". (Primer teniente Artur Voronin)
Capítulo 1: Listo para la entrega
A Voronin casi se le cae la munición que sostenía, lo que habría supuesto un desastre para todo aquel que estuviera en las inmediaciones. Aunque estaba claro que no habría sido tan malo como la calamidad para la que se estaban preparando, pero lo justo y necesario para justificar el pánico que le recorría las venas. Detestaba este tipo de tareas.
"¡Oye, Morozova!", Voronin llamó a su oficial de alto rango entre jadeos marcados. "¿Sabes adónde se llevan todo esto?".
Morozova dejó con cuidado sobre el suelo su propio contenedor, como si acostara a un niño en la cuna. "Ni idea. Pero acaba de llegar la orden desde arriba de que hay que duplicarlo. Algo de que los titanes los tienen a todos acojonados".
Voronin se quitó el casco y se limpió el sudor de la frente. ¿Titanes? ¿Se podía saber qué estaba pasando ahí fuera? Las transmisiones eran irregulares y las órdenes que sí llegaban eran escuetas en detalles: adquirir munición. Transportar munición a las coordenadas proporcionadas. Almacenar munición. Repetir. No disponéis de ningún HMMWV. Debéis actuar con discreción y manteneros fuera de las carreteras.
¿Adónde estaban llevando toda esa potente munición y para qué iban a utilizarla una vez en el destino? Voronin recogió su contenedor y reanudó la marcha.
Caminó a apenas un clic por detrás de Morozova durante lo que parecieron horas. Los contenedores eran enormes y aquel era el verano más seco que podía recordar.
Cuando llegaron a su destino, Bykov apenas los saludó, pues tenía las manos llenas confeccionando una lista con todo lo que iba llegando. Dos soldados que Voronin no conocía se dedicaban a colocar los contenedores en la boca de un pozo que sobresalía del suelo. Uno dio un empujón a uno de los contenedores y este desapareció bajo la superficie con un golpe neumático y hueco.
"¿Adónde cae?", preguntó Voronin. Bykov frunció el ceño y su expresión se endureció. Enseguida volvió a su lista.
"¿Preparado para la siguiente ronda?", Morozova contenía más energía de la que Voronin podía reunir en un año.
"Qué remedio".
El cielo se tornó gris y las nubes poblaban lo alto cuando se marcharon. Adquirir, repetir.
