Special Perks
Stats
Radio |
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20 | |
Velocidad |
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58 | |
Estabilidad |
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23 | |
Manejo |
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25 | |
Velocidad de recarga |
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26 | |
• Reload Time | |||
Asistencia de apuntado |
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36 | |
Capacidad |
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50 | |
Zoom |
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13 | |
Eficacia en el aire |
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18 | |
Direc. de retroceso |
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64 | |
Disparos por minuto | 150 | ||
Cargador | 5 | ||
Ataque | 0 |
Curated Roll
Lore
Acósmico
¿Cuánto tiempo debemos soportar la desolación de lo absoluto?
El ruido del bazar era un murmullo distante, un latido aparentemente eléctrico que envolvía a Sloane mientras paseaba entre los comerciantes de la Fiesta de las Almas Perdidas. Una humana vendía cerámica artesanal junto a unos vendedores elixni que exhibían sus intrincados tejidos. Había bandejas de higos rellenos y tazas de espumoso de éter. Un Bracus avivaba las llamas de un asador; la carne chamuscada crepitaba en cada vuelta, y unas bestias de guerra se bebían a lengüetazos la grasa que goteaba. Dos corsarios insomnes compartían una alcachofa asada mientras se calentaban los dedos con los pétalos carbonizados. Niños humanos y elixni correteaban a su alrededor; sus risas y graznidos resonaban en el viento.
Todo lo que Sloane experimentaba le resultaba cruelmente desconocido y extrañamente disonante. Se había perdido muchas cosas. Mientras luchaba con la pena, vio pasar planeando la carcasa con pinchos de un Espectro de la colmena; se quedó boquiabierta. Tomó nota mentalmente para hacerle más preguntas a Zavala.
El Ramen Borracho de Rehnpeir llamó su atención; el letrero le resultaba dichosamente familiar y, por un momento, suspiró aliviada.
Aisha y Shayura la saludaron con la mano desde una mesa. "Al final has venido", dijo Shayura con dulzura.
"Yo también me alegro de veros", dijo Sloane. "A las dos". Aisha ofreció un cuenco humeante a Sloane y colocó otro delante de una silla vacía.
Aisha seguía a Sloane con la mirada. "Reed siempre tendrá un hueco en nuestra mesa", dijo Aisha. Shayura asintió y le dirigió una sonrisa amistosa pero tensa, y Aisha le cogió la mano afectuosamente.
Sloane volvió a mirar el cuenco que tenía delante. Los fideos nadaban entre pedazos de carne en un caldo espeso, y el bok choy rodeaba la dorada yema de un huevo. Contemplaba la comida como si quisiera grabar cada fideo en su memoria.
"¿Vas a comértelo o vas a pintarlo?", dijo una voz desde atrás.
Sloane se giró y vio a Zavala a su lado. Se le escapó una risita. "Es que… llevo tanto tiempo esperando este momento —tenía tantas ganas— que ahora que ha llegado… es como si no quisiera que terminara".
"Sabemos cómo te sientes", dijo Aisha.
"No obstante, tengo buenas noticias", comentó Zavala en broma.
"Ah, ¿sí?".
"Puedes comerte otro cuenco luego".
Sloane sonrió y se llevó los primeros fideos a la boca. Disfrutó del sabor umami y le sorprendió la complejidad del plato.
"¿Cómo están?", preguntó Zavala.
"Saben diferente, pero… siguen estando buenos".
Ambos intercambiaron una mirada de complicidad, y Zavala sonrió para reconfortarla.