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Lore
Capa Ascenso Pírrico
"Las cosas nunca volverán a ser como antes". (Aisha, cazadora humana)
REGISTRO DE RECONSTRUCCIÓN DE LA SIMULACIÓN // LA-01-05 // FARO SIMULADO, LA TORRE, ÚLTIMA CIUDAD
"Todavía hay nieve en la cabina de mi hipernave", dice Aisha mientras emerge de la oleada de crepitaciones entrelazadas de una confluencia vex que ahora ejecuta simulaciones del Faro desde la seguridad de la Torre.
"¿Por eso llegas tarde?", pregunta Reed-7, y Aisha siente una punzada en el pecho.
Finge una sonrisa y se encoge de hombros para disimular los nervios. "¿Y Shayura no ha llegado?", pregunta.
"Estará al caer", dice Reed, y añade mordazmente: ¿Te quedaste mucho tiempo por el campamento de la Desconocida después de que nos fuéramos?". Aisha aparta la mirada, como si contemplara la fidelidad gráfica del Faro, con los dientes apretados y los hombros tensos.
"Un par de horas", responde a media voz. "Me di una vuelta por ahí. La Casa de la Salvación estaba colocando estacas junto a unas ruinas vex; quería asegurarme de que no tramaban nada". Nerviosa, se lleva dos dedos al cuello y aparece el casco alrededor de su cabeza con un destello de luz.
Reed resopla y asiente. "Es raro, ¿no?", pregunta, zanjando el tema de Europa. Aisha no acaba de entender a qué se refiere. "La simulación. El pequeño armario de combate de San. Parece real", continúa.
"Es real. Nosotros somos reales. El espacio es… no sé, ¿mágico? ¿Pero tú y yo? ¿Los guardianes? Somos nosotros". Aisha señala con un gesto vago a su alrededor. "Los peligros pueden simularse, pero eso no hace que los efectos sean menos reales. Es lo que quiere San. No has ido al Bosque Infinito, ¿no?".
"Claro que no", exclama Reed enseguida. "No me paga tanto como para eso. No aguanto a los vex", añade estremeciéndose. "Me pasa con los vex lo mismo que a ti con las arañas. No sé por qué, me da igual".
Aisha se mira la mano, tiene los dedos cerrados sobre la palma. Cierra los ojos, piensa en Reed y hace acopio de valor para confesar algo. Sin embargo, Shayura, que aparece de repente en el espacio simulado en mitad de una zancada, la interrumpe. Pasa por delante de Reed y Aisha hacia el Faro. "Vamos".
La brusca entrada de Shayura hace que Reed y Aisha intercambien una mirada de preocupación, pero no hacen ningún comentario.
REGISTRO DE RECONSTRUCCIÓN DE LA SIMULACIÓN // LA-02-05 // ARENA DE LAS PRUEBAS SIMULADA, FARO SIMULADO
"¿Dónde está Shayura?", pregunta Reed mientras recarga su fusil de explorador. Aisha señala hacia un pasillo.
"Lleva siguiéndole los pasos a ese hechicero insomne desde que empezó el combate. Creo que se fueron por ahí", responde ella mientras arranca a correr. "Son tres contra uno, vamos".
Cuando por fin encuentran a Shayura, está a horcajadas sobre un guardián insomne cuyo casco roto expone uno de sus ojos. El guardián mira la espada llameante de Shayura. Aisha y Reed desenfundan sus armas, preparados para cubrir a Shayura por si falla el último golpe del combate. Reed baja su fusil automático. Aisha siente la misma confusión que su compañero al ver que Shayura no apunta al guardián, sino hacia arriba, a su Espectro.
"¿Shay?", pregunta Aisha, nerviosa.
Shayura alza su espada y arremete contra el Espectro, que cae al suelo. El guardián exhala una súplica, pero Shayura desenfunda su pistola y le dispara en la frente. El Espectro vibra y emite pitidos lastimeros. Está maltrecho, pero vivo. Ella vuelve a enfundar la pistola.
"¡Shay!", grita Reed. Suelta su fusil de explorador y corre hacia ella. Sin embargo, esta vez Shayura lanza un poderoso golpe de energía con la palma de su mano que arroja a Reed contra el suelo. El corazón de Aisha se acelera. Mira a sus compañeros y siente que la invaden el miedo y la duda. Entonces, cierra los ojos y elige hacer lo inimaginable.
Se forma una costra de hielo negro azulado que envuelve las piernas de Shayura, extingue su fuego práxico y congela su brazo. Una onda glacial recorre su cuerpo, cubierto de hebras de hielo erizadas. Ondas heladas emanan de una de las manos extendidas de Aisha; de su guantelete se desprenden formaciones cristalinas. No tenía elección.
Aisha no sabe lo que Shayura piensa en ese momento, ni la traición que aquello representa.
Pero Aisha espera que, con el tiempo, sus amigos la comprendan y la perdonen.