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Lore
Peto Mataqueches
"Te enfrentarás a sables y cañones…; nada que debas temer". (Mithrax)
Anexo (Última Ciudad)
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¿Las antiguas tripulaciones? No hay mucho que pueda contarte y que Rahool no pueda confiarte, pero no te culpo si no quieres dormirte hasta que no termine la historia, je, je, je. ¡Vamos, relájate, valiente! Si crees que una expresión sombría es todo lo que se necesita para ascender en la Vanguardia…, bueno, puede que no te equivoques del todo.
Bien, empezaré por el principio. El Viajero eligió a los elixni y todo era maravilloso en Riis, hasta que dejó de serlo. Llegó el Tornado, aparecieron las pirámides, el Viajero se fue al espacio y, por lo que deduzco, no fue nada agradable de ver.
Eramis estaba allí. Y (hay que reconocerle el mérito) se repuso, se hizo con una tripulación y partió tras el Viajero. Atravesó todo lo que había en su camino, decidida a cazarlo.
Y no era la única con esa idea. Había flotas enteras de naves persiguiendo al Viajero. Fueron días sin ley, sin esperanza.
Verás, estuve aquí durante la Edad Oscura y, cuando no hay nada más que pérdidas y derrotas a tu alrededor en el planeta, todavía puedes ir a una azotea o sentarte en un campo de nieve. O ir a un bosque y encontrar un momento de tranquilidad, un pequeño remanso de paz.
Pero en una nave es diferente. Cuando las cosas van de mal en peor, solo puedes afrontarlo. Y eso es lo que hizo Eramis, lo cual requiere muchísimas agallas.
Tampoco te pienses que le escribo poemas de amor a la Ladrona de naves. Si la encontramos, le apuntaré con mi arma tan rápido como tú.
¿Y si el gran Viajero apareciera surcando el cielo mañana? Puedes apostarte todo el depósito a que lo perseguiríamos. Nos convertiríamos en las nuevas tripulaciones, yendo tras algo que sentíamos en nuestro interior que nos pertenecía. Y no nos detendríamos, sin importar lo que se interpusiera en nuestro camino.
Y nos creeríamos héroes, ¿no es cierto?