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Lore
Guanteletes Incandescente
Mejora este objeto con leña y ascuas obtenidas durante el Solsticio 2022.
Namrask mueve las cuatro manos alrededor del Telar, aunque no se atreve a tocarlo. Siente que alguien con habilidades tan insignificantes como las suyas podría ensuciar sus mecanismos. Todavía no termina de creerse que se le permita estar tan cerca de él.
"¿Y bien?", pregunta una voz digital por encima de su hombro. "¿Qué te parece?".
Se hace a un lado y establece contacto visual con Ada-1, la exo que lo invitó a ver el Telar. "Una máquina impresionante. Difícil de dominar, creo".
"El tejido sintético puede ser… delicado", admite Ada. Cruza la pequeña sala para contemplar el Telar. "Pero los resultados valen la pena".
"¿Por qué…?", comienza Namrask, haciendo acopio de valor. "¿Por qué me has invitado a venir?".
"Si el Telar existe, es gracias a tu gente", responde. "Y Eido me ha dicho que te dedicas a tejer".
Esa revelación sorprende a Namrask. Eido suele evitarlo, por lo que siempre ha creído que no le cae bien. Y no es que pueda culparla si es así.
"Así es", dice. Y luego añade de forma casi inaudible: "Ahora".
Agacha la cabeza en silencio y con vergüenza.
Ada se queda en silencio un momento, se vuelve y mira el Telar con nostalgia. "Cuando se perdieron las fraguas de la Armería Negra, sentí que ya no sabía quién era. Por eso, tuve que… reinventarme".
Se aleja de él, abre un cajón de su escritorio y saca un objeto envuelto en un paño.
"Toma", dice mientras se lo entrega. "Para que practiques".
Namrask desenvuelve el paquete y mira el perno de tejido sintético que tiene entre las manos con los ojos como platos.
"De colega a colega", dice Ada con dulzura.