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Lore
Carcasa In Memoriam
Para espectros que son un faro de Luz.
El hangar de la Torre nunca había sido un espacio particularmente silencioso, pero el estruendo de hoy parecía establecer niveles récord. El zumbido de las hipernaves había sido casi constante, mientras una escuadra tras otra se dirigía hacia uno de los muchos campos de batalla.
Por suerte, Saint-14 tenía una voz que se podía escuchar en todas partes: "¡Les doy la bienvenida, guardianes!". De pie en su lugar habitual junto a la paloma gris, gritó con júbilo a los aspirantes de las Pruebas, recibiéndolos a todos como si fueran viejos amigos.
Sin embargo, debajo de su alegría había un malestar. Un especie de alambre interno que se tensaba por la llegada de las Pirámides. Desde el último incidente en las Pruebas, su tensión aumentaba a diario y avanzaba a paso constante hacia un punto límite inevitable.
Los incidentes eran comunes, es lo que se esperaba del enfrenamiento de guardianes. El punto era limitar esos altercados a un entorno controlado. Sin embargo, últimamente, Saint se preguntaba si tenía control alguno, después de todo…
Pero justo cuando las nubes de duda comenzaban a asentarse, se levantaron cuando la multitud se separó, lo que reveló una figura familiar con capucha de oro en medio de ellos. Sus hombros parecían un poco más encorvados sin Sagira rodeándolos, pero… su paso decidido y su ceño fruncido seguían siendo los mismos.
"¡Osiris!", gritó Saint. Varias cabezas giraron hacia esa dirección, sorprendidas por el repentino grito. Osiris, por su parte, solo se veía perplejo mientras cambiaba de rumbo.
"¿Qué pasa?", preguntó Osiris mientras se acercaba. "¿Sucedió algo?".
"No", Saint respondió rápidamente. Demasiado rápido. "Bueno, sí… Un pequeño algo. Está bajo control, pero…". Su lengua se trababa, inseguro de cómo explicarse. "Envié un mensaje. ¿No lo recibiste?".
Osiris frunció el ceño, impaciente. "He recibido muchos mensajes en este tiempo. ¿Era urgente?".
Saint se estremeció. No sabía que tenía que ser urgente. "Se trata de las Pruebas. Se llaman así por ti y… ahora que estás aquí, pensé que era hora de que…"
"Ah. Quieres que me haga cargo de las Pruebas". Osiris se encogió de hombros. "No es un buen momento. Cancélalas si ya te cansaste de ellas".
"¿Qué? ¡No!", Saint no esperaba esa respuesta. "No estoy cansado. ¡Estoy preocupado! Hubo…", se detuvo, consciente de los presentes. Le hizo un gesto a Osiris para que lo siguiera a su nave.
Osiris se cruzó de brazos. "Estoy haciendo esperar a Lord Saladino. El asunto de los cabal es un poco urgente. Como puedes ver".
"Lo sé, pero…", Saint bajó la voz. "Pero también hay una especie de guerra en las Pruebas. Guardianes que van demasiado lejos, que usan la Oscuridad".
"¿En serio?", Los ojos de Osiris brillaron con interés renovado. "¿Con qué fin?".
Saint lo miró fijamente. Dentro, el alambre se tensó un centímetro más. Al fin, dijo: "Varía".
"Interesante". Osiris frotó su barbilla mientras pensaba. Una tabla de datos en su cadera sonó con un recordatorio. Gimió y luego miró a Saint. "Si vuelve a suceder, toma notas, por favor".
Sin esperar una respuesta, se alejó. El brazo de hierro de Saint salió disparado y lo agarró por el codo.
"¿Eso es lo que significa para ti? ¿Un experimento?", renegó Saint, intentando y no pudiendo mantener su voz baja. No pudo contenerse más tiempo. Había esperado días para una respuesta. Preocupado por el silencio, pero forzándose a darle espacio a su camarada. "¿Entonces qué soy? ¿Tu asistente? Solo porque Sagira no está…"
"Suficiente", gruñó Osiris y tiró su brazo. "No vuelvas a hablarme de ella. ¿Entendido?".
Saint dio un paso atrás y el arrepentimiento lo jaló con fuerzas. Su mente se aceleró. Debía decir algo, cualquier cosa, para enmendar su error. Para solucionarlo. Pero, ¿qué?
Antes de que se le ocurriera una respuesta, Osiris dijo: "Continúa las Pruebas o no, pero si no te atreves a recoger esos datos, alguien debe hacerlo. Podría ser la clave para sobrevivir. De todos nosotros". Y con eso, se alejó.
Saint observaba mientras Osiris desaparecía entre la multitud. La tensión en él se había ido. Lo único que sentía ahora era la herida agonizante que había dejado el chasquido del alambre al cortarse.
Las recientes palabras de Ikora resonaron en lo profundo de su mente: "Conoces a Osiris mejor que nadie".
No es cierto. Saint lo conocía bien, pero no tanto como Sagira. Y sin ella…
No estaba seguro de conocer a Osiris.
