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Lore
Carcasa Ronin
Para espectros errantes.
"¡Es completamente exasperante!", esputó Osiris mientras miraba la Ciudad desde la ventana de la oficina del Consenso. Las últimas reparaciones del muro exterior de la Ciudad progresaban lentamente, pero iba creciendo día a día.
"Ajá", respondió Tallulah. Luego, sentó con una pierna colgando del apoyabrazos de la silla mientras se tocaba las uñas. La cazadora no levantó la vista, ya había escuchado estas quejas en el pasado.
Osiris se alejó de la ventana y suspiró. "Cada vez que inicio un plan de acción, me desafía. Ya lo viste. Todo el tiempo".
"Saint y tú aman pelearse", respondió con frialdad. Osiris suspiró, frustrado.
"Es que no se puede contener", dijo y comenzó a caminar por la oficina. "¿Mencioné que siempre me mira mientras hablo? Fijamente. Esperando a que llegue al punto".
"Pues suena a que te escucha", dijo, mordaz.
"¡No lo hace!", insistió Osiris. "Tamborilea con los dedos o se mueve en su silla, mientras piensa qué va a responder. Busca errores en mis palabras".
"Estás prestándole demasiada atención", dijo Tallulah.
"Su comportamiento me lo exige. ¡Y nunca se logra nada! Parece que disfruta distrayéndome".
Tallulah levantó la vista.
"Y lo hace de manera impecable".
"¡Sí!", dijo Osiris, y levantó los brazos para enfatizar el arrebato.
Siguió con sus quejas. Tallulah lo vio pasearse de un lado a otro mientras daba detalles de cada pequeño acto fastidioso que Saint-14 le había hecho soportar en los últimos meses. Tallulah rio.
"¡Osiris!", le dijo, levantando la voz por encima de la de él. Osiris se detuvo y la miró.
"¿Qué?".
"Escúchate un poco".
El hechicero, confundido, se quedó en silencio.
Tallulah levantó la mano con un dedo extendido. "Prestas atención a cada uno de sus detalles", dijo.
Levantó un segundo dedo. "Te distrae", continuó.
Levantó un tercer dedo. "Aun así no consigues evitarlo ni ignorarlo".
Hizo círculos con la mano, en señal de que no hacía falta decir la conclusión. Osiris la miró.
"¿Y?", le dijo mientras cruzaba los brazos. La cazadora se rio.
"Sé serio".
Osiris parpadeó. "¿Disculpa?".
"¿Necesitas que lo diga con todas las letras? Bien, ustedes deberían…".
Osiris alzó una mano de repente con la palma hacia delante. Tallulah levantó las cejas.
"Lo que sea que pretendas insinuar", la interrumpió, "no puedes estar más equivocada".
Tallulah esbozó una sutil sonrisa que indicaba que estaba segura de lo que pensaba.
"Solo… solucionarlo. Todas las reuniones duran una hora más por culpa de ustedes dos. Estar en medio me hace perder demasiado tiempo".
Osiris la miró con los ojos entrecerrados. Ella se levantó y le dio una palmada en el hombro. Aquel gesto sirvió solo para que él la mirara con mayor desprecio.
"Buena suerte", le dijo y salió de la sala.