Lore
Distintivo Apocalipsis Ancestral
“Tenía el rostro como de fin de los tiempos y ojos como maná en el desierto. En cuanto lo miré, supe que no iba a ser salvado”. (El Vagabundo)
El Vagabundo volvió hacia el final del tren, por donde había entrado. Pasó junto a Joxer y Redrix que, por lo visto, habían encontrado a los Redjacks que el Vagabundo había decapitado. Ambos se apresuraron en volver a montar a los androides antes de que el tren llegara a la Ciudad.
"Tienen que relajarse", les dijo el Vagabundo.
"Vete al cuerno, Vagabundo", respondió Redrix, claramente molesto.
Él y Joxer miraban todas las piezas de Tex Mechanica que el Vagabundo llevaba. Lo miraron como si se lo hubieran pensado mejor. El Vagabundo se descolgó un lanzacohetes para poder sentarse con ellos.
"Escuchen. Hermanos. Hago todo esto por una razón. El Gambito tiene un sentido. ¿Creen que me gusta salir por ahí con ustedes cada día? Son unos psicópatas. No. No me gusta. Pero lo hago por una buena razón".
Sacó de su bolsillo una mota de Oscuridad. Brilló fríamente. "Piensen sobre cuántas motas de Luz han recogido en su vida. Muchas, ¿no?".
"Extraño mi Mitoclasta", dijo Joxer. El Vagabundo podía sentir la congoja en su voz.
"Sí, ¡tenías un Mitoclasta! Y, a pesar de eso, los cabal invadieron la Torre. La Luz te falló. A mí también".
El Vagabundo alzó la mota de Oscuridad ante ellos. "Sin embargo, esto es algo muy especial. Yo las hice. Y ya han visto qué se puede hacer con solo un puñado de ellas. Piénsenlo bien". El Vagabundo volvió a colgarse el lanzacohetes del hombro y se dispuso a irse sin mirar atrás.
"Quédense conmigo el tiempo suficiente, y les mostraré de qué es realmente capaz la Oscuridad".
