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Lore
Caminante Astral 7M
Que no haya ninguna distancia entre ustedes.
// NO HAY CONEXIONES //
Artemisa-5 se dejó caer en su asiento y observó un texto intermitente en un monitor oscuro. Los detalles de su apartamento se reflejaban en el cristal: los chales que cubrían los muebles, los vasos usados en el marco de la ventana y el enorme Viajero tras una ventana con escarcha. De repente, el monitor se encendió y ella se enderezó.
// UNA CONEXIÓN ACTIVA //
Un hombre fornido y con barba apareció en la pantalla, con la boca completamente abierta, haciendo gestos exagerados y fingiendo ser cantante de ópera.
"¿Xander? No puedo oírte", dijo Artemisa.
Los hombros del hombre se desplomaron y se inclinó fuera del campo de visión de la cámara para manipular un aparato hasta que se transmitieron sonidos de arañazos. "Qué mala suerte. Te perdiste mi espectacular vibrato".
"El más grandioso regalo del Viajero, sin duda", dijo Artemisa riendo. "¿Por qué tu imagen está tan oscura?".
"Ah, el sol está bastante apagado aquí. Pero terminas acostumbrándote. ¿Cómo estás tú?".
"¡Bien! Las decoraciones de la Torre están hechas, y…"
// DOS CONEXIONES ACTIVAS //
La imagen de la transmisión se separó y apareció una insomne sentada en una silla de piloto. La pálida figura esférica de Europa flotaba más allá de la portilla tras ella.
"Llego tarde, lo sé", dijo la insomne mientras se estiraba para tomar algo detrás de la cámara.
Xander gruñó. "Por esto es que configuro tus invitaciones 30 minutos antes, Nissa".
"Por esto es que saboteé tu esclusa, Xander", bromeó Nissa. Se reclinó y levantó una pequeña caja de regalo adornada con una cinta púrpura. "¿Listos?".
Xander levantó las cejas. "¿Tienes prisa?".
"A diferencia de ti, tengo trabajo serio que hacer".
Xander se rio burlonamente. "Para tu información, esta tarea me la asignó el propio Zavala".
"¿Qué te tiene haciendo ahí fuera?", preguntó Artemisa.
Xander suspiró. "Averiguar cómo desaparecen los planetas".
Nissa resopló. "Muy simple, solo se trata de entender cómo opera nuestro enemigo más antiguo. ¿Nos vemos en un par de años?".
"¡No digas eso!", interrumpió Artemisa. "Ya ha pasado mucho tiempo".
"En eso tienes razón", refunfuñó Nissa y apuntó a la portilla. "Ya estoy harta de esta bola de nieve".
Artemisa hizo un gesto de dolor. "¿Cuándo podrás volver a casa?".
"Cuando esta Pirámide decida largarse, o cuando Ikora considere que tenemos suficientes datos. Es decir, nunca".
"Todos estaremos en casa pronto. Apuesto a que el próximo año podremos hacer esto en persona", dijo Artemisa.
Xander se frotó la nuca e hizo una mueca. "¿Eso crees?", murmuró. "Incluso cuando regresemos, ¿todo será lo mismo?".
Artemisa suspiró y ladeó su cabeza. "No se supone que habláramos sobre eso hoy".
"Es difícil sentir ganas de festejar cuando se está perdido en el espacio", se quejó Nissa.
"Y rodeado de peligro mortal", agregó Xander.
"Y sin café…"
Artemisa se acercó a la mesa y posó su codo, lo que hizo un sonido metálico, mientras sus amigos seguían listando sus incomodidades. Una potente ráfaga sacudió su ventana y más allá de su puerta escuchó el eco de un llanto infantil, junto con un "shhh" y frases desesperadas que afirmaban que todo estaría bien repetidas como un mantra.
"El día de hoy me hace sentirme afortunada", dijo finalmente Artemisa e interrumpió a sus amigos, "por tener mi Luz".
Nissa forzó una risa. "Sí, ¡estoy tan agradecida de haberme ganado la lotería y tener una guerra sin fin como premio!".
"¿Crees que es menos difícil para los sin Luz? Al menos nosotros podemos participar en las decisiones… podemos hacer algo al respecto. Aunque tal vez estés contenta solo estando sentada ahí haciendo comentarios sarcásticos", dijo Artemisa, irritada.
Xander levantó sus palmas hacia la cámara. "No seas tan severa, Arte. Todos sentimos lo mismo. Ella solo lo está diciendo".
Artemisa señaló su ventana. "Hay gente en esta Ciudad escuchando las mismas noticias y viendo la misma información que nosotros. Y lo hacen mientras tratan de celebrar hoy. Justo como nosotros. Pero están asustados. Si no podemos mantener nuestras cabezas en alto, ¿qué les estaremos comunicando?".
La transmisión de video se quedó en silencio, a excepción de suave zumbido de una nave.
"También tengo miedo", admitió Xander. Nissa asintió.
Artemisa movió la cabeza de lado a lado. "Nadie quiso estar en esta situación, pero nosotros fuimos a quienes se les dio el regalo de la Luz".
Nissa suspiró. "Este regalo es una carga muy pesada ahora".
Artemisa escuchó al viento azotar la Última Ciudad una vez más, lo que empezó a hacer chillar a las grietas de sus paredes. "Somos los únicos que podemos llevarla".
"¿Habrías querido estar en esta situación si hubieras tenido la posibilidad de elegir?", preguntó Nissa.
Xander sacudió las manos con desinterés. "No nos pongamos filosófi…"
"Sí", dijo Artemisa con determinación. "Una y mil veces".
Nissa jugó con su caja de regalo. Xander sonrió con suficiencia y levantó una ceja.
"¿Mil veces?", dijo Nissa riendo.
"¡Una y mil veces!", vociferó Xander melódicamente. Salió del campo de visión de la cámara, tomó su propia caja de regalo y la levantó con orgullo.
Artemisa se rio y tomó su regalo también. "Al mismo tiempo, ¿de acuerdo?". Una sonrisa se dibujó en los rostros de sus amigos, mientras todos se concentraban en la cinta de sus cajas en lugar de los millones de kilómetros que los separaban.
"Tres, dos, uno…".