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Lore
Botas de ascenso pírrico
"Camino sin dudar hacia mi destino". (Shayura, hechicera insomne)
REGISTRO DE RECONSTRUCCIÓN DE SIMULACIÓN // LA-03-04 // AZOTEA DE UN EDIFICIO DE DEPARTAMENTOS, DISTRITO PEREGRINO, ÚLTIMA CIUDAD
El viento lleva un coro de voces. Algunas reverentes, algunas asustadas y algunas confusas. El mosaico de conversaciones es una distracción estruendosa para Shayura, quien descansa al borde de una terraza mirando las calles atestadas de espectadores, de quienes las miradas se alzan a la sombra de su silencioso cernido en los cielos.
No puede evitar sentir que la gente que vive bajo el Viajero lo hace por desesperación e ilusión. Durante generaciones, les dijeron que este era el único refugio seguro en la Tierra. Incluso después de que la Legión Roja, y ahora la Oscuridad, desafiaron esa suposición, se siguen aferrando a ese deseo desesperado. Se aferran a la ilusión de un dios todopoderoso que los protege, pero según Shayura, el verdadero peligro lo trajo el Viajero.
Shayura escucha a Aisha, quien habla a su lado, pero sus pensamientos están lejos. Shayura gruñe como respuesta, espera que la indiferencia sea suficiente. Pero Aisha sigue hablando, algo sobre Chicago, sobre la memoria. Shayura se agarra a la barandilla y observa a la gente que mira al Viajero, y no puede evitar ver hacia arriba como ellos.
"Lo recuerdo", responde al fin Shayura; sus propios miedos internos se superponen a los recuerdos de los tiempos oscuros que su escuadra tuvo que experimentar bajo las ruinas de Chicago. "Nunca olvidé lo abandonados que nos sentíamos", añade Shayura, con cierta tensión en su voz. El día que Ghaul robó la Luz estaban muy lejos de casa, y pasaron de ser cazadores a ser presas.
Shayura también recuerda lo que no se dijo. Aquellos sentimientos de desesperación y abandono, y sobre cómo habría aceptado cualquier oportunidad que le hubiera permitido vivir. Su desesperación no terminó con esa oscuridad, pero no podía evitar preguntarse por los otros guardianes. Sobre si elegirían la opción correcta entre aniquilación y salvación cuando llegara el momento.
En ese momento de revelación sosegada, el Viajero se mueve por primera vez en años. Un resplandor crece en su interior; es apenas en ese momento en el que Shayura mira a su dios silencioso. La cubre una oleada de Luz y se siente como una absolución.
Mientras la Luz inunda la Ciudad, y temerosos y fieles se congregan bajo la protección de un dios indiferente, Shayura se escabulle entre la multitud. No tiene que ser testigo del grandioso poder del Viajero para saber lo que se le pide, y no necesita tiempo para prepararse para trabajar.
El camino de Shayura es claro.
