Lore
Túnica Fragmentacorno
“Alguna vez fue Lobo. Siguió siendo Lobo después de la dispersión, pero... distinto. Luego fue de la reina. Luego Lobo de nuevo. Sin estandarte. Luego fue de la Araña”. (Avrok)
III:
"Ven, mi nueva amiga potencial", animó la Araña. "Hablemos. Veo, por tus túnicas, que eres de la noble orden de la Órbita Muerta. Volvías de la Arcología de la Paloma Verde cuando aceptaste mi invitación".
"¡Tus cuatro brazos me capturaron!".
"...y aquí tengo el manifiesto de tu nave". La Araña sujeta una tabla de datos. "Qué poco prudente, ladronzuela".
"Estaba encriptado".
"Ya no".
La Araña mira a Ghislaine, sus cuatro ojos cerrándose uno por uno y volviéndose a abrir.
Se incorpora. "Qué malos modales tengo. Esta no es forma de empezar una amistad. No solo te pondré en tu camino hacia Titán, amiga, sino que también te daré un armilar recuperado de la Arcología del Nuevo Pacífico".
"¿Recuperado?".
En la esquina en la que Petra solía estar, Arrha se resiente.
La Araña sonríe. "A cambio, quizá me des algo de tu cargamento previo. Nada de valor, solo un gesto simbólico de nuestra nueva amistad. Quizá... ¿el número ochenta y nueve del manifiesto?".
"Mi manifiesto solo tiene setenta y un elementos", respondió Ghislaine.
"Vaya mentirijilla más inútil".
"Es cierto, examina mi nave, si no lo has hecho ya. Debes de haber conseguido el manifiesto de otra nave de la Órbita Muerta en nuestra red".
"Ah", la Araña intenta no chasquear las mandíbulas disgustado, aunque está seguro de que esta terrícola no reconocería el gesto. "Así que esto...", pausa para leer de la tabla de datos, fingiendo haber olvidado qué ponía. "...Óleo de ocho lunas sobre una aldea... ¿ya está en la Tierra con tus asociados?".
"A menos que hayan tenido menos suerte que yo".
"Ya veo".
La Araña le hace un gesto a Arrha. "Acompaña a nuestra nueva amiga a la salida. Asegúrate de que ella y su nave salen ilesas".