Lore
Banda Sublime
Celebramos el futuro que construiremos juntos.
Sonidos suaves captan la atención de Ikora. Es como si alguien se moviera y se acomodara. Y se volviera a mover. La desconcentran de su meditación. Abre los ojos para mirar acusadoramente al otro lado de la mesa cafetera.
Chalco, la presunta culpable, está sentada en perfecta quietud. Sujeta una bola de vacío turbulenta y silenciosa entre sus manos. Puede que sea inocente.
Ikora está muy inquieta, en comparación. Se fuerza a cerrar de nuevo los ojos. Cuenta sus respiraciones, aclara su mente. El momento se extiende, siente que el equilibrio se le escapa. La Luz dentro de ella pulsa con cada latido.
Un roce de telas.
Ikora se afana en hacer ruido al respirar. Encontrará la paz en este momento. Ha meditado con las mayores distracciones posibles, en medio de batallas estruendosas y calores agobiantes. No cederá aquí y ahora.
Sin embargo, cuando Ikora al fin consigue llevar su mirada interior a sí misma e ignorar el sonido quedo de un cuchillo envainándose… sabe que preferiría estar con su amiga al sol. Después de todo, hay días en los que es mejor ceder. No está orgullosa de no poder admitirlo.
Ikora se levanta de su asiento con la mirada fija en Chalco, que parece tranquila, reluce suavemente con la quietud del vacío. "Está bien", le dice, "tú ganas".
Chalco se pone en movimiento en un instante, y la energía violeta desaparece cuando se levanta. Sonríe. Con algo de malicia y conocimiento.
Es inútil fingir irritación. Tras abandonar su biblioteca personal, Ikora alcanza a Chalco y ambas parten juntas por la salida de los Encubiertos. La tenue iluminación artificial le da paso a la luz del sol, a una Torre decorada con motivos dorados y al verde de la vegetación.
Ikora se deja abrazar por el calor. Es un buen momento, mucho mejor que hace un rato. "Vi muchas cosas en el Corazón Desalentado", dice en voz alta.
Chalco ralentiza su paso al ver a Ikora detenerse. "¿Sí?".
"Creo que necesito comer los peores dumplings de la Ciudad", le dice. "Para explicarlo".
Chalco se ríe y la inquietud de Ikora desaparece.