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Protector ascendente
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Guanteletes Guardia Sierpe
¡Lo que pediste o se te devuelve el dinero!
Patrullar con escuadras improvisadas no es el mejor trabajo, pero, como le gusta decir a Shaw, no puedes dejar que la vida te desanime cuando te queda tanta por delante.
Shaw emprende una misión para despejar los vex de Ío. En cuevas tan profundas que él y su equipo no notan las naves piramidales en el cielo. Apenas escapan a tiempo para ver cómo la nada se traga a Ío. Y desaparece.
Muy bien, lección aprendida. Nunca más cuevas.
La próxima tarea es en Europa, pero la escuadra abandona a Shaw. Ni siquiera intentan liberarlo del cristal cuando lo atrapan caídos mientras juegan con la estasis. Le toma todo el vuelo de vuelta recuperar el calor.
Muy bien, lección aprendida. Es hora de sentar cabeza. Ir con un equipo verdadero. Con gente en la que pueda confiar.
Shaw se siente mejor no bien termina de escribir el mensaje. Espera las respuestas. La Ciudad lo espera, lleno de Luz y vida y todo lo que te puedas imaginar. Capas antiguas de la Casa de los Lobos, con garantía de autenticidad. Woks de metal vex. Baklava recién hecha. Y sus bolsillos al fin llenos de lumen.
Cuando camina, un comerciante lo llama, "¡Huesos! ¡Ponte algunos huesos!".
Una calavera de lagarto lo mira desde el hombro de un conjunto de guantelete y hombrera. Púas a lo largo de un antebrazo. Un estilo impecable. Y de oferta. Aunque podría ser un tanto estrecho para los brazos de Shaw.
El comerciante ni siquiera pestañea cuando ve a Shaw probar su movilidad ahí mismo en el puesto.
Shaw piensa para sí: no es forma de vivir la de estar siempre tras el próximo trabajo. Caer en pantanos o nevadas de metano sin amigos para sacarte de ahí. Siempre gastando los pagos en equipo que le permita mantener la carrera armamentista. Sería bueno tener un trabajo fijo. Un equipo real. Un lugar en el cual sus átomos no terminen desperdigados por el último alienígena en el sistema con algo de habilidad.
Mueve el brazo.
La hombrera se siente bien. No es nada ajustada. Es perfecta, en realidad. Es raro que haya pensado lo contrario.
Shaw vuelve a la Torre con un paso contento y una calavera al hombro. Su espectro le manda un mensaje de la red de la Vanguardia:
[CASTER-3] Vi tu mensaje en busca de una escuadra fija. Creo que soñé contigo. Deberíamos encontrarnos.
Sí. Shaw tiene un buen presentimiento.
