Exotic Perks
Luz desbordante
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Defensa | 0 |
Curated Roll
Lore
Corazón de la luz interna
En la cúspide entre la vida y la luz, entre la muerte y la destrucción.
Era un hombre.
Había sido un hombre distinto. Y otro hombre antes de eso. Y otro antes. Y otro. Otro. Y otro más. ¿Cuántas vidas hasta ahora? ¿Cuántas muertes? Llegó a creer que cada vez que su Espectro lo revivía regresaba como un hombre nuevo. Pero era un hombre nuevo que cargaba el peso de todas sus vidas anteriores. Una tras otra, tras otra y todas y cada una de ellas se posaba en sus hombros como solo Atlas podía comprender.
Sin embargo él era un Titán.
Una montaña de músculos, poder y metal, decían. No había carga que no pudiera soportar. Eso decían. Él asentía y desviaba la adulación. Entraba en sus aposentos todas las noches, en la media torre que había mandado construir, y se acostaba en la cama, con los pies incapaces de quietud mientras mil millones de insectos subían y bajaban a toda prisa por los nervios junto a sus músculos, instigando movimientos perpetuos y desesperantes que ni toda la musculatura y poder del mundo podían detener. Un desasosiego incalculable que le impedía la poca de paz que pudiese hallar en su sueño tan poblado de pesadillas.
Pero era un campeón. Un líder. El ejemplo reluciente de todo lo que es bueno y duradero.
Había que construir una Ciudad, que proteger a una especie, que impedir una extinción, que repeler a muchos invasores, que luchar en una guerra. Había vidas que vivir. Muertes que morir. ¿Qué fue lo que les dijo una vez a los recién despiertos? ¿La Luz brilla más intensamente en aquellos a los que consume? Y vaya que se sentía consumido.
Se levantó de la cama, cruzó al lado de la ventana que enmarcaba a la entidad que causaba su maldición. Aunque ella optaba por no hablar, él sabía lo que quería. Y la única forma de ponerle fin a su maldición era darle lo que quería: destruir todo cuanto quisiera destruirla.
Quizás cuando lo lograra podría dormir.