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Lore
Carcasa despierta
Para espectros que se levantan cuando más se los necesita.
"Algunos caídos desconfían de mi interés por los artefactos humanos. Creen que es de mal gusto. O piensan que simpatizo con ellos", dice La Araña riéndose de manera exagerada. "Como si pudiera sentir compasión".
El jefe mafioso de los caídos sostiene una carcasa de espectro en perfectas condiciones frente a sus ojos. La carcasa se ve frágil en sus largos y poderosos dedos.
"Realmente, me gusta cómo se ven vacíos. La ausencia de la Luz que ya no está ahí. Como el aroma que queda en una botella de perfume vacía". Dirige su atención al cazador erguido frente a él. "Aunque, una vez que te lo venda, la Luz volverá a ocupar el espacio. Quejándose a diestra y siniestra. Usará tu vulgar deseo de poder para llevar a cabo su verdadero propósito".
El dedo índice del cazador empieza a temblar, impaciente. "Bien, si quieres quedártelo, con gusto le pondré precio a tu cabeza de nuevo". Con el dedo del pie le da un toque a la figura postrada en el suelo. Un gruñido apagado sale por la parte de atrás de la bolsa que cubre su cabeza.
"Mantengan la calma", se escucha la voz aguda del espectro del cazador. "Necesito una nueva carcasa, y tú… necesitas un prisionero. Es un intercambio justo. Estamos de acuerdo".
"¿Lo ves? No hay dudas de quién es el que trabaja para el otro". La Araña le lanza la carcasa al cazador. "Bien, llévatela. Pero recuerda: algún día, dejarás de ser útil y ese pequeño espectro te dejará por otro muerto que camine. Y cuando eso suceda, estaré esperando".
