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Lore
Regalo de crueldad
"Sí, he estado en la Cuarta Tumba de Nezarec… Ni por todo el lumen que me des pensaría en volver allá. Estás por tu cuenta". (El Vagabundo)
"Eso no te pertenece".
La voz de una mujer cortó el aire y viajó hasta el centro del cuarto a los oídos del Vagabundo. El altar que había estado buscando estaba frente a él, ornamentado con objetos sagrados. Muchos de origen eliksni, como la tumba. Un contenedor rodeado de velas sin encender descansaba sobre una tela fastuosa.
El silencio del lugar estaba lleno de unos sonidos que él no lograba distinguir.
"Me siento mal de ser quien te lo diga, hermana", dijo, "pero tus acólitos y tú van a tener que despedirse de esto".
Las velas se encendieron de repente, y el Vagabundo sintió que se le levantaban los vellos de la nuca. La calidez del fuego danzaba a la distancia suficiente para detectar una sencilla prenda con apariencia de túnica que mantenía oculto el rostro de la mujer. El atuendo se movió cuando ella se acercó.
El Vagabundo desenfundó la pistola en su costado. Ella hizo lo mismo.
El ruido grave se convirtió en susurros. Más intensos, casi entusiasmados.
"Mi padre buscó esta pieza durante mucho tiempo. No voy a dejar que te interpongas", dijo ella, enlazando sus palabras con fiereza.
El Vagabundo apretó los dedos. La intimidación habría funcionado si él hubiera sido alguien más.
"Bueno, pues yo no voy a dejar que te interpongas entre una buena paga y yo", respondió. "Parece que este es un callejón sin salida".
Los susurros bailaban en su mente.
El Vagabundo disparó.
El sonido disrumpió todo en el cuarto y apagó el fuego de las velas. El destello del cañón reveló unas sombras que exhibían largas garras que se dirigían hacia él mientras alzaba en brazos el contenedor desde la tela.
La mujer disparó de vuelta, pero el Vagabundo ya se había ido, corriendo con rapidez por las profundidades de la tumba con las sombras en sus talones. Corrió hasta que el aire fresco tomó el lugar del olor a muerte y las sombras dejaron de perseguirlo.
Sus honorarios se iban a cuadruplicar pronto.