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Lore
Percusión central
"Sigo prefiriendo el método de trabajo con chatarra de los eliksni. Pero admito que las naves de los guardianes son muy… atractivas". (Eido, escriba eliksni)
Eido examinaba minuciosamente una tabla de datos para ponerse al día con la versión de los Criptarcas del Asedio de los Cien Años. Cerraba su mandíbula con fascinación. Su historia de los acontecimientos era completamente diferente de la que se les enseñaba a las crías eliksni. Tuvo el honor de ser la primera en medir la brecha historiográfica entre sus dos especies.
Un humano varón se acercó a ella e hizo un sonido áspero y chirriante que provenía de su cuello. Eido sabía que los humanos solían usar este sonido para atraer la atención. A ella le parecía preocupante.
"Sí, Criptarca Matsuo". Eido pasó la tabla de datos a sus brazos inferiores. "¿Qué necesitas?".
"Señorita Eido". El pequeño humano sacudió la cabeza. "Esperaba que pudieras aportar tu opinión sobre un asunto bastante delicado".
"Sí, tengo una destreza excelente", contestó Eido. "Continúa".
El Criptarca sonrió. "Me gustaría que me dieras tu descripción de las técnidas. Estudiaste con ellas por un tiempo, ¿no es así?".
Eido dejó la tabla de datos. "Es verdad, pero creo que tu Casa hermana, los Criptarcas del Arrecife, tienen mejor información".
Tensó la boca. "Lamento decir que las relaciones entre los Criptarcas de la Torre y los del Arrecife no siempre son tan abiertas como nos gustaría. Además, tu relato, desde el punto de vista eliksni, sería invaluable".
Eido se detuvo para ordenar sus pensamientos. "Empezaré diciendo que las técnidas son aterradoras".
"¿Aterradoras?", cuestionó Matsuo. "¿Por qué?".
"Los guardianes usan el poder de afuera. Disparan con metal o sacan chispas con electricidad. Golpean". Eido apretó sus puños superiores. "Destruyen el cuerpo".
Matsuo lo registró con ahínco en su propia tabla de datos.
"Pero las técnidas usan el poder del interior", continuó Eido. "Manipulan la mente de la misma manera en la que los Simbiontes manipulan la información. Crean visiones. Penetran los sueños. Hablan con la voz del oyente".
"Si un guardián me mata con violencia", explicó, "soy Eido hasta mi muerte. Pero, si una técnida controla mi voz… ¿sigo siendo Eido?".