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Lore
Chaleco de caminata espacial
Urgente|Tecnología|Helios|412| Que alguien llame al jefe. Llamen a la central. No podemos refugiarnos aquí. Repito, no podemos…
Veintitrés días después de la llegada.
El generador de éter va tomando forma, una estructura enorme y circular a una distancia prudente del casco, sostenida por cables. Las tres hilanderas de la tripulación están ocupadas todo el tiempo haciendo más cables.
Sin embargo, por algún motivo, es muy silencioso. La tripulación más vieja es un tanto altanera con los drekhs, y está bien, pero Yaraskis no tiene a nadie que sea altanero con ella.
Paskir sigue sin aparecer. Con Karrho lo buscaron por horas por toda la estación.
Nadie sugiere bajar a la superficie a buscarlo. Los matarían en un segundo. Su gran plan de encontrar una guarida oculta en donde jamás nadie los volverá a molestar tiene que funcionar.
Yaraskis recorre los corredores más pequeños y poco iluminados, donde solo caben los drekhs. No le gustan los grandes, con sus luces brillantes y acústica reverberante, y la sensación de que algo siempre la está mirando.
Karrho se queda en el trabajo. Yaraskis ignora el propio y explora la estación, busca a los tripulantes perdidos. Hace un conteo en su camino, mira en cada esquina de la estación y mantiene sus oídos atentos al apenas audible gemido de la capa de dispersión cargada.
Un tercio de la tripulación… desapareció.
Escucha un chillido silenciado, algo casi menos perceptible que el zumbido de una luz a punto de dejar de funcionar. Luego, el chirrido de metal contra metal. Se hunde todavía más en su capa, ocultándose de la sensación de que la siguen.
El chirrido la acecha en todos sus atajos. Se da vuelta a mirar. Todavía nada.
No puede encontrar a Paskir. No puede encontrar a nadie. No queda otra opción sino rendirse.
Yaraskis regresa al taller de Karrho.
Está vacío. Silencioso como un nido abandonado.
Karrho desapareció.
