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Lore
Lobo solitario de Ada-1
“Es un viejo oxímoron. No existe tal cosa. Pero debes admitir que las viejas modas tienen cierto encanto...” (Ada-1)
Ada-1 prefiere lugares antes que personas.
Se sienta en el casco de su nave y observa las ruinas de un parque de diversiones abandonado en Nuevo Vancouver. Con la mirada, sigue el contorno de una oxidada montaña rusa, con vías que terminan abruptamente en el aire, como un enorme trampolín de 80 metros de altura.
Le gustan los lugares vacíos como este. Lugares que una vez estuvieron repletos. Lugares en donde la gente lo pasó genial y ahora no quedan nada más que escombros.
Los considera altares de la humanidad, y viene a rendir tributo a lo que era la humanidad antes de que todo se volviera tan complicado.
Sentada a la sombra del cartel del parque (SACUDIR E M NDO, dice el cartel, en letras mayúsculas) arrastra la punta de su bota sobre el polvo y siente el peso de siglos a su alrededor. Ese peso, y el vacío...
La ayudan a respirar.
Le cuesta imaginar este lugar en sus días de gloria, lleno de gente. Le gusta tal como es ahora, pero le agrada saber que una vez estuvo lleno de gente. Buena gente, se imagina.
Ahora puede sentarse aquí sola, con el eco de esa gente haciéndole compañía, y simplemente... ser.
Cierra los ojos y sonríe.
