Lore
Botas Solsticio (resplandecientes)
El tiempo vuela como los pájaros que migran lejos del invierno.
Serrano se reía mientras andaba, escuchando a Cayde-6 por los auriculares. El exo presumía de una distracción que había usado contra un cabal y que incluía el uso de... ¿había oído bien? ¿Un ave de granja? ¿Y más de una vez? Al parecer, la Legión Roja tenía debilidades y, algunas de ellas, eran peculiares.
La historia lo distrajo del dolor de sus piernas. Su nave había explotado a kilómetros de la Ciudad, pero por fin veía la Torre en el horizonte. Fantaseaba con echar una siesta cuando oyó una colisión.
Aceleró mientras tomaba una curva en la carretera, al final de la cual vio la nube de polvo. Cuando se disipó, vio el colibrí volteado y, peor, al guardián debajo. Sintió una punzada en el corazón mientras corrió hacia él, pero, mientras se acercaba, comprendió que era demasiado tarde. Tocó los hombros del guardián, inclinando su cabeza por un momento.
Miró el colibrí. Dudó por un momento, pero el guardián ya no iba a necesitarlo. Enderezó el colibrí y se subió.
Girando a toda velocidad por una curva, Serrano vio a una tropa de cabal disparando y acorralando un campamento. Vio a los civiles atemorizados que consiguieron acertar un par de buenos disparos contra los invasores, pero pronto estarían totalmente rodeados.
Entonces, vio al Incendiario entre las bestias. Esa era la respuesta.
Serrano se dio la vuelta en el colibrí, apuntando al lanzallamas en las enormes manos del cabal y acelerando el motor.
Tuvo el tiempo justo para apreciar la cara de sorpresa del Incendiario.