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Lore
Grebas de ascenso pírrico
"Si pudiera hacer todo de nuevo y recorrer mi camino una vez más, lo haría todo de forma distinta". (Reed-7, titán exo)
REGISTRO DE RECONSTRUCCIÓN DE SIMULACIÓN // LA-02-04 // AZOTEA DE UN EDIFICIO DE DEPARTAMENTOS, DISTRITO PEREGRINO, ÚLTIMA CIUDAD
"Los guardianes están llegando desde todos los rincones del sistema. Incluso los cazadores han regresado".
El espectro de Reed-7 le ha estado dando actualizaciones periódicas durante la última media hora. No ha podido moverse desde que llegó a la barandilla al final del techo. Ver al Viajero no hacer nada es motivo de alarma, pero verlo irradiar pulsos de Luz, como un tipo de faro, es casi suficiente para detener el corazón sintético del titán. Sabe que su espectro sigue hablando, pero no significa nada para él en este momento.
Aisha y Shayura están en una terraza inferior, a una distancia a la que Reed no puede oír lo que dicen, pero puede observar su lenguaje corporal. Ambas están tensas, sobre todo Shayura. Pero por más que Reed quiera mirarlas, parece que no puede apartar la vista del Viajero, de las olas agitadas de luz azul y blanca que brotan del interior de su carcasa rota, ni de la sensación que le brindan esas olas mientras lo envuelven. Es una reivindicación de su esperanza; el Viajero no abandonaría a la humanidad cuando más lo necesita. Quiere que Shayura lo vea, que sienta su fe, pero cada vez que él la mira, ella parece más distante.
"Reed." Su espectro lo llama por quinta vez. El exo al fin reconoce su nombre y mira a su espectro en un silencio incómodo. "Me siento… extraño. Algo está pasando". Es más una súplica para el guardián que otra cosa. Una súplica llena de incertidumbre e impotencia. Ni siquiera su espectro sabe si la marea venidera los va a arrastrar a todos; ni si así se sintieron los últimos momentos del Colapso. Pero en este momento, Reed solo piensa en Shayura y en Aisha. Baja los ojos hacia ellas.
Ve a Aisha que mira fijamente al Viajero con los ojos completamente abiertos por el asombro. Ve a Shayura con la mirada hacia abajo, por encima del borde de la terraza. Su indiferencia es completa, incluso cuando el Viajero palpita como un corazón desbocado y luego estalla con un destello de luz enceguecedor.
Los últimos pensamientos de Reed antes de que la Luz lo golpee son sobre su escuadra. Su familia.
Cuando la luz se desvanece, cuando sus sensores ópticos se recalibran, rompe en un llanto simulado. El Viajero flota como una luna sobre la Ciudad. Entero. La fe de Reed se reafirma y, en ese mismo instante, se pone a prueba cuando ve a Shayura alejándose mientras la Ciudad estalla de alegría.
