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Lore
Guanteletes de caminata espacial
Registros|Castor|231| … no lo entiendo. Todos estamos emocionados por una inyección de código exitosa, pero aún es temprano para una inserción en un armazón…
Diecisiete días después de la llegada.
Karrho está siempre ocupado hablando con los vándalos y merodeadores, demasiado grandes como para siquiera mirar a Yaraskis. Trabajan juntos para construir una refinería de éter, con planos humanos encontrados en la estación. No tiene casi tiempo para Yaraskis.
Yaraskis sería terrible como ingeniera. En su capullo soñaba con ser capitana, no una sacerdotisa. Se ocupa con mandados, limpia y friega las viejas manchas que nadie quiere tocar, y hace que la estación vuelva a ser habitable.
Día tras día, su hogar se llena de sonidos reconfortantes: el chirrido agradable de cables amarrados que unen plataformas, el pum-chic-chic, pum-chic-chic de pisadas acolchonadas y garras en el muelle, las discusiones de los dos únicos miembros de la tripulación que entienden el código sirviente.
No se parece en nada a una cálida madriguera, pero es seguro. Eso es suficiente. Y una vez que el éter comience a fluir, todo irá aún mejor.
Yaraskis intenta ignorar la voz de la estación cuando lanza un trapo contra la máquina que es casi un incinerador.
Desde atrás, una mano la toma de la capucha. Ella grita. El dueño de la mano esquiva su golpe de reacción.
Karrho. "Tenemos que hablar. Algo anda mal, no encuentro a Paskir".
Paskir es otro ingeniero, muy grande entre los vándalos. Tan grande que su capitán anterior lo veía como un rival, razón por la cual había aceptado robar un queche con ellos.
"Se habrá perdido, o quedado atascado en algo viscoso". Los humanos hacían algo aquí que incluía muchos… líquidos. Yaraskis se desinfecta las manos al menos cinco veces al día.
"Quedó en ayudarme con el suministro de energía nuclear pero no vino nunca. Y escuché algo en los pasillos…". A la mirada de ella, Karrho responde: "Algo grande".
"Cualquier bicho grande se habría muerto de hambre aquí mucho antes de que llegáramos. Espera, apuesto a que quedó atascado en una de las zonas de gravedad cero y pronto llamará pidiendo ayuda".
"¿Me ayudarás a buscar?".
Toma a Karrho con un brazo y lo aleja del casi incinerador.
"Si no se aparece en la mañana con una historia vergonzosa, iremos todos a buscarlo".
Karrho adora la ingeniería. Debería ser un sacerdote sirviente o un simbionte. Yaraskis quiere ser su capitana y asignarlo como sacerdote. Quiere crecer tanto que la cabeza le llegue al techo y que sus brazos puedan abrazar a la tripulación entera.
Es mejor estar aquí que con las Casas.
Tiene que ser mejor.
