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Lore
Vimana Superior
Fija tus metas alto, y luego más alto.
Sale de la cápsula en medio de una nube de exhalación sublimada. La escarcha le rebordea las pestañas. El criosueño entumece sus articulaciones y, cuando intenta ponerse de pie, le flaquean las rodillas.
Unas manos enormes empequeñecen las suyas y las halan hacia arriba. "Es hora de ponerse en marcha".
Alza la mirada para ver el rostro curtido de un gigante. "Mi nombre es Dara, señor".
Los rasgos adustos de Rohan se alargan para formar una sonrisa. En los días siguientes, Dara iba a percatarse de lo excepcional de esa imagen.
No hay lugar para las sonrisas cuando los taladros perforan sus huesos hasta la médula, y una celosía metálica remplaza la dermis de su garganta abierta con bisturí. Mientras la cuna lleva a Dara abajo hacia el Siderreal, sus oídos Dara se llenan del zumbido monótono de un nonilión de nanitos. Dara se quema, se congela y pica al interior de una frágil piel nueva. Todos los días son sufrimiento…
"…para que pueda existir un mañana". La voz de Dara, resonante de una nueva cibernética, repica mientras completa el juramento de Surcanubes.
Un aplauso simulado retumba en el Paseo de los Héroes, aumentado por la fanfarria que le sigue. Cientos de plataformas móviles se agolpan en el lugar, y miles de personas más observan desde el Arca-nube. Las flores holográficas caen como confeti sobre el sitio, y los poukas retozan y bailan en esa llovizna de luz.
Rohan levanta a Dara hasta que las miradas están al mismo nivel. El orgullo le hincha el pecho y su cuerpo se siente estupendo, transformado en algo nuevo, pero siempre suyo. Y así, Nimbus da su primer paso como Surcanubes.
