Special Perks
Protector ascendente
Stats
Defensa | 0 |
Curated Roll
Lore
Yelmo Guardia Sierpe
Mañana volveremos a escucharnos.
Petra Venj desciende por las arenas cubiertas de hierbas del Litoral y oye el rugido conocido de la Ciudad Ensoñada, envuelta en otra pelea predecible. Nota los trozos de vidrio y desdeñados en la arena, donde los muertos marcan la costa, y sigue adelante.
La quitina se disipa mientras camina por los Jardines de Esila. Se mueve sin obstáculos, viajar siempre es más fácil cuando se va tras los pasos de un guardián. Sonríe… quizás debería ir a su encuentro allí.
Su espíritu se desamina cuando llega a la cueva de Amrita y no ve a ningún guardián esperándola. Parece que pasó por la ciudad y se fue, alguna batalla mayor en otra parte le habrá llamado la atención.
Petra camina con cuidado mientras desciende por la roca resbaladiza de la cueva y se arrodilla junto a una corsaria. "¿Algo para el dolor?".
La corsaria Amrita intenta levantarse, se retuerce y vuelve a caer contra la pared de piedra. "Ah, ¿recibiste mi señal de auxilio?".
"Asumí que necesitabas ayuda". Petra sonríe y toma un pequeño saco con la etiqueta "Amrita" junto con un fino aplicador de madera tallada. De su cinturón cuelgan muchos otros sacos con nombres.
"Una apuesta segura…", ríe Amrita con una voz suave, entre tosidos dificultosos y una respiración entrecortada.
"Deja de intentar levantarte". Petra coloca los contenidos de la bolsa en el aplicador, que deja un aroma de menta, aloe y almizcle en el aire. Amrita la mira preparar tu mezcla. Si usa mucha fuerza, el ungüento se separará. Si usa poca, no se adherirá adecuadamente o se endurecerá con el aire. Era una prueba de consistencia, atención y disciplina.
"Creo… que quiero irme ya. Despertarme desde el principio". Amrita no quita la vista de las manos de Petra hasta que se detienen.
"Déjame aplicarte el ungüento". Petra se concentra en el estómago de Amrita, atravesado por una púa de fragmentador de la colmena.
Amrita le aprieta el brazo mientras un espasmo la sacude desde las tripas, habla en casi un susurro. "No quiero seguir haciendo esto, Petra". Sus palabras son de determinación.
"Yo tampoco quiero que lo hagas", responde Petra y la mira a los ojos. "Pero no tienes que sufrir innecesariamente".
Petra hace un gesto a su brazo.
Amrita la suelta y se quita la armadura de la herida. "Gracias…".
Petra unta con una capa gruesa de ungüento la carne quemada y cauterizada, lo cual humedece la púa y calma la inflamación.
Amrita exhala y se inclina hacia adelante. "Ve, ya pasaste mucho tiempo conmigo".
"Volveré, hermana". Petra toma a Amrita del brazo y lo estruja un momento. "Encontraremos el modo. Aunque no hoy".