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Lore
Renovación de arcángel
"Todos merecemos que nos recuerden".
Cuatro ojos azules reflejan una lluvia de chispas vibrantes al soldar los arcos. Cuando termina su trabajo, la ingeniera eliksni Niik pestañea con sus membranas y hace un ruido lo más parecido que puede a un silbido de apreciación.
Amanda Holliday levanta su máscara de soldado y sonríe en un gesto de aprobación. Rodea a Niik para iluminar la soldadura y asiente con la cabeza con admiración. "Un gran trabajo", dice con una sonrisa.
"Reparar da vida", responde Niik con orgullo, mientras deja su soldador. "Trata a tus máquinas como a tu familia y así te tratarán", añade con una reverencia mientras acaricia el casco del colibrí. Mira a Amanda, luego pone la cabeza de lado de forma inquisidora. "¿Por qué usas el… cobertor de ojo?", pregunta mientras toca la visera de la máscara de Amanda.
Amanda se ríe. "No tengo aumentos en los ojos como muchos de los otros ingenieros. Me quedaría ciega si mirara directo a una luz tan fuerte".
Niik asiente. Gira alrededor del colibrí mientras la oye e inspecciona el resto de su trabajo. "Pero tienes otros aumentos", dice y señala la pierna prostética de Amanda.
"Eso es un reemplazo", le responde con suavidad, mientras dobla la pierna. "No me vuelve a crecer como a ti o a los guardianes".
Esa afirmación deja a Nikk congelada. "A veces me olvido de que no eres una guardiana".
Amanda le da la vuelva al colibrí y posa su mano sobre el brazo de Niik. "Aprovecho al máximo lo que tengo", le dice despacio.
La esperanza de vida humana es fugaz en comparación a los eliksni, y Niik sabe que hasta los más longevos eventualmente mueren. "¿Tu sirviente llevará tu recuerdo como la Gran Máquina?", le pregunta, pero Amanda parece confundida. "Los sirvientes llevan un registro de nuestros logros, de nuestras vidas. Son nuestro legado hecho a imagen de la Gran Máquina, como tu sirviente… Ra… Ra…". Intenta pronunciar el nombre: "¿Ras, pe, tén?".
Amanda no puede evitar reírse con su pronunciación y se acerca a Niik para sostener su cara en sus manos. Nikk cierra los ojos despacio. "Eres adorable y rara, Niik, pero no, esa máquina mezquina no es ningún sirviente. Es un arma con boca".
Niik inclina la cabeza a un lado y pestañea con sus cuatro ojos. "Tú también… eres adorable y rara, Amanda Holliday. Le diré eso a tu sirviente, para que seas recordada".
Amanda baja la cabeza y sonríe, mientras frunce la nariz. "Fantástico", dice entre risas. "Así es como quiero que me inmortalicen. Aquí yace Amanda Holliday, una chica rarita".
Niik no sabe bien si es una broma, pero Amanda está riendo, así que se ríe con ella. Su felicidad es contagiosa.
Así es como Niik hará que la recuerden.
