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Lore
Carcasa de buceo de Síocháin
Para espectros que están aclimatados a las presiones del trabajo y a las profundidades.
Ahsa se instaló en una caverna submarina encapsulada en aire luego de una larga jornada. Síocháin estudió la mezcla de cimientos de una plataforma antigua y roca natural. Parecía suficientemente tranquilo, y Sloane tenía que descansar. Allí no crecían percebes de la colmena. Ahsa había nadado lejos de las mayores aglomeraciones de la colmena y los poseídos, y se había ocultado en una cala debajo de un montón de ruinas de la Edad de Oro.
El amplio espacio se llenó con Ahsa. Su cuerpo cubría todos los huecos y abrazaba las estalactitas colgantes, sus segmentaciones de gusano serpiente agarraban la piedra y su cara estaba medio sumergida en el metano líquido.
Síocháin flotó por la espalda de Ahsa y se volteó para ver que Sloane resbalaba y caía al suelo de la cueva, desde donde emergían estelas de vapor entre las grietas bajo su cuerpo.
Sloane cerró los ojos. "Hace mucho frío aquí, pero el vapor... es cálido", dijo con debilidad.
La gusano enroscó una sección de su cuerpo alrededor de Sloane para sellar el calor a su alrededor.
Síocháin observó cada uno de los intercambios entre ambas y se alejó a donde Sloane no la escuchara para acercarse a la gigantesca cara de la gusano. Las cuchillas que salían ahora del caparazón de la espectro captaron toda la atención de Ahsa.
La espectro se acercó. "No sé por qué nos ayudaste. Pareces amable. Y espero que lo sigas siendo, porque si la estás utilizando, si la traicionas...", Síocháin hizo un corte en el aire. "Te destriparé".
El enorme iris del ojo de Ahsa se fijó en el de Síocháin. Se miraron sin pestañear hasta que el párpado de Ahsa se cerró lentamente. Emitió un tono de equilibrio armónico y contrito:
|No soy el enemigo|
La espectro examinó el rostro de la gusano, y luego de ver su suavidad bondadosa, se retiró al refugio ensortijado que Ahsa había tejido para ellas dos.
Sloane estaba sentada adentro, meditando. Irradiaba una sensación de paz que Síocháin no había sentido en ella desde hacía meses. La espectro se permitió fingir que se sentía también casi a salvo.
***
Sloane no se despertó hasta entrada la mañana. Ahsa la miró a los ojos a través de su visor. Hizo un gesto con su enorme cabeza en señal de saludo o entusiasmo. Sloane se quitó el casco. "¿Necesitas algo?".
|Aiat|
Aiat |Ahsa| Aiat
|Aiat|
Sloane tropezó hacia atrás contra el muro de la caverna. Síocháin se levantó de golpe. "¿Jefa?".
Sloane inhaló con fuerza y cayó con una rodilla en el suelo a la vez que su espectro se ponía delante de ella con la mirada en la criatura. Antes de que pudiera decir nada, la mano de Sloane se posó sobre su caparazón para acariciarla.
"Está bien. Es… Ahsa".
"¿Qué es un Ahsa?", preguntó Síocháin.
"¿Una especie de... protogusano?".
"¡¿Como la colmena?!", dijo Síocháin y desplegó sus cuchillas.
"No... la colmena era otra cosa antes de convertirse en colmena, ¿verdad? Los dioses gusano también. Ahsa es... su nombre, creo".
La espectro volteó hacia Sloane y luego a Ahsa. "¿Qué es lo que quiere?".
"No estar sola", respondió Sloane. "Que… ¿la conozcan?".
Síocháin se retiró y acercó a Sloane, y guardó sus cuchillas. "Muy bien. Nos agradan los aliados grandes y poderosos... veamos qué tiene para decir".
Un escalofrío de alegría recorrió el cuerpo enroscado de Ahsa, que formó ondas en el charco de metano que la rodeaba, hizo temblar las piedras y esparció polvo del techo. Ahsa volteó y se concentró en el par, su enorme ojo abarcaba mucho más allá del cuerpo entero de Sloane. Su iris compasivo se plegaba y temblaba con fluctuaciones hipnóticas que llevaban a Sloane a un estado de disociación.
|Aiat|
Aiat |Ahsa| Aiat
|Aiat|
Sloane atravesó a tientas recuerdos alienígenas atemporales. Le fueron mostrados, los comentó, como si fueran propios. Las orígenes y los dolores que ahora compartía.
"El Testigo... ofrece... una maldición poderosa... una sed... disfrazada de amor". Sloane exhaló con dificultad, pero Ahsa mantuvo su mirada. Sloane se vio arrastrada por la corriente.
"Una hoja... con ambición... No... No lo entiendo".
Siguen los recuerdos de un frenesí fratricida: una carnicería masiva reptante. Quienes estaban unidos arremeten ahora con colmillos y colas y declaman magias de lo profundo, consideradas antes demasiado crueles como para siquiera mencionarlas. Todo en busca de una lógica sagrada, ofrendada.
Vórtices que se alimentan de porciones vacías de Firmamento carmesí se agitan por encima de la refriega. Ahsa no puede escapar de su retorcimiento sin desatarse con violencia de sus captores. Mancha sus colmillos con la carne de sus hermanos, convertidos en enemigos.
"La sangre... traiciona a la sangre. Para probar la fuerza. La supervivencia... es dolor...".
Ahsa escapa, con el sabor de la carne de su familia aún fresco en la boca. No volvería a saber lo que es el amor. Una ofrenda que vuelve amargas las demás, la vuelve rapaz y voraz.
"Lógica rechazada… Cazada por traidora… Perdida como tú".
Ahsa se sumerge en un sueño ascendente. El idioma cósmico la envuelve en su inmersión mientras deambula —canciones por radio y rugidos magnéticos que resuenan por el espacio. Se desliza entre mundos a través de grandes distancias, atraviesa el espacio para planear por la curvatura entre las galaxias, en busca de un haz de Luz distante. Un opuesto solar a aquel que consume amor.
Sloane tomó una bocanada de aire. "Vino a buscar una oportunidad de vivir".
Ahsa se estrella contra el cuero grueso de Titán y se sumerge en su océano de metano. La humanidad se expande por Sol mientras ella sufre. En una Edad de Oro se da un vínculo. El Colapso los encuentra; un vínculo se pierde. Ella libra una batalla con su duelo, lucha contra las pesadillas de la desesperación.
"El discípulo... del miedo... golpeó a Ahsa. Yo...".
A Síocháin se le despertó la curiosidad.
"Pérdida, retirada... el amor se desvanece".
El vaivén de la esperanza.
"Con el vínculo… vivimos…".