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Lore
Teorema del ala
El fénix de doble cabeza que pelea contra sí mismo representa a los guardianes que se fortalecen entre ellos en el Crisol.
UNA HISTORIA DEL CRISOL
PARTE TRES DE TRES
La mañana dio paso al medio día. El cielo se oscureció con balones y se llenó con los gritos de combate de los niños.
Al final, había lágrimas en los ojos de Lonwabo, aunque procuraba mantenerse erguido. Runa tenía una rodilla ensangrentada, y miraba en silencio al equipo ganador: las dos chicas que se peleaban gruñendo aquella mañana. Las chicas levantaban sobre sus cabezas una tosca masa de plastiacero, un trofeo improvisado, y rugían.
Shaxx alzó la mirada hacia el Viajero. Una capa de nubes lo hacía flotar en un cielo azul. No pareció reparar en él.
“Díganme lo que han aprendido", dijo Shaxx a Runa y a Lonwabo, con su máscara fija en el cielo.
Se lo dijeron y hablaron durante tres minutos seguidos. Shaxx asintió, lentamente.
"¿Entonces no estás enfadado?", preguntó Lonwabo. Su cara se iluminó.
"Has ganado más de esto que los ganadores", respondió Shaxx. Los tres contemplaron cómo las dos chicas estampaban el trofeo contra el suelo y se rompía, para horror de los demás niños. Los ojos de Runa se cerraron ligeramente, mientras asía un balón entre las manos. Shaxx continuó: "La victoria es fundamental para sobrevivir. La necesitan. Tienen que luchar por ella. Pero no enseña nada".
"¿Eso significa que, en cierto modo, ganamos?", preguntó Lonwabo.
"No, las han aniquilado", respondió Shaxx.
"Oh", dijo Lonwabo.
Runa continuó observando el trofeo destrozado y al equipo ganador, mientras daba vueltas lentamente al balón que tenía en la mano.
"Deja que esta pérdida te motive", le dijo Shaxx a ambos. "Pero el juego terminó. Tu atención debería estar en lo que sigue".
Lonwabo se miró las manos. "Creo... creo que voy a leer un libro", dijo, sorprendiéndose a sí mismo al pronunciar estas palabras.
"Todos tomamos nuestras propias decisiones", dijo Shaxx.
Runa permaneció callada, mientras Cayde salía de la sombra y se aproximaba bajo el sol del mediodía. "¿Todo bien?", preguntó el cazador a Shaxx.
"¿Se ve como que me importa?"
"Vamos, amigo, la apuesta terminó. No pongas mala cara. Solo recuerda no desafiar a un cazador con armas doradas".
"Puedo hacerlo y lo haré. Revancha. Al finalizar el día".
"Claro que sí. Espero que estés listo para hacer de niñero hasta la próxima Aurora..."
El balón de Runa golpeó a Cayde en el cuello: un ataque furtivo que había aprendido más temprano ese día. Cayde dio un grito, más de sorpresa que de dolor.
"¿Quién hizo eso? ¿Quién hizo eso y cómo?", preguntó el cazador, mientras el balón rebotaba alejándose. El balón no respondió. Runa, Lonwabo y otros niños sonrieron.
"Shaxx, ¿qué les has estado diciendo?"
Shaxx miró en silencio al exo cazador hasta que Cayde pestañeó. "Yo, eh, encontré mi colibrí", dijo Cayde cambiando de tema. "Puedo darte un aventón de regreso a la Torre".
Mientras los otros niños y sus mayores se dispersaban, Runa observó el colibrí de Cayde mientras se alejaba con los guardianes hacia la reluciente Torre en la distancia.
Dio un saludo de titán mientras se perdían de vista.
